La voluntad de contar

Título original:

The Will To Tell

Contenido del libro:

La historia de la vida de nuestro difunto padre Yitzhak Weizman sólo nos fue revelada a nosotros, sus tres hijos, cuando ya éramos padres de nuestros propios hijos.

Siempre supimos que era un superviviente del Holocausto. Llevaba el número 145227 tatuado en el brazo.

Pero nos contó muy poco sobre sus experiencias en el Holocausto. "Fue hace mucho tiempo", solía decir, y "Polanyah" (como llamábamos entonces a Polonia) parecía muy lejana. Estudiábamos en la escuela y leíamos libros sobre el tema, pero el Holocausto no estaba presente en nuestra casa. A diferencia de otros hijos de supervivientes, no se nos presionaba para que nos comiéramos todo lo que había en el plato e incluso se nos permitía desperdiciar comida. "No ayudará a los niños de África que os lo comáis todo", solía decir nuestra madre, que procedía de una familia que llevaba seis generaciones viviendo en Israel. Nuestro padre sonreía.

Lo que sí sabíamos era que el abuelo de nuestro padre había sido una figura importante en su vida. Era un industrial y comerciante de éxito, uno de los judíos más ricos de la ciudad de Gombin. Introdujo a nuestro padre en los secretos del negocio familiar, pero también quiso que aprendiera judaísmo en el heder, la escuela tradicional donde los niños judíos recibían instrucción religiosa básica. También sabíamos que nuestro padre participaba en el movimiento juvenil Hashomer Hatzair, que le encantaba jugar al fútbol y que los caballos de Gombin eran rápidos; solía decir que los carros de Gombin, incluso cargados de grano, eran más rápidos que los perezosos jugadores de fútbol de Israel.

Sabíamos que nuestro padre era el único superviviente de su familia. Su padre Menachem, su madre Hannah y su hermana Helcia habían sido asesinados durante el Holocausto. Pero no sabíamos realmente cómo había sobrevivido. Nos mantenía ignorantes al respecto. Las sombras del pasado permanecían al otro lado de la puerta.

Las cosas cambiaron cuando llegaron los nietos. A la nueva generación no le gustaba que la mantuvieran ignorante sobre nada. Hacían preguntas y querían recibir respuestas. Nuestro padre no pudo resistirse. Sin la presión de las preguntas de los nietos, es dudoso que este libro se hubiera escrito nunca.

Yitzhak Weizman.

Vi.

Hemos leído la historia de nuestro padre una y otra vez. Escribe las cosas como fueron, casi como un espectador objetivo, evitando la hipérbole o el exceso emocional. Con la modestia que le caracteriza, escribe: "No soy un héroe y nunca quise serlo".

Subrayamos este hecho porque la figura retórica "como ganado al matadero" quemaba el alma de nuestro padre. En los tiempos de la creación del Estado de Israel, esa expresión se utilizaba a menudo para describir la forma en que los judíos habían perecido durante el Holocausto. Cuando el país adoptó formalmente la expresión "Shoah veGvurah" (Holocausto y heroísmo) para conmemorar la tragedia, la relación entre ambos conceptos creó difíciles dilemas para la construcción de un nuevo ethos en el Estado judío.

La historia de nuestro padre es una historia de superación. También es una historia sobre su disposición para discernir puntos de luz en medio de la oscuridad y conservarlos en su mente.

Como verán los lectores en el libro, el esfuerzo permanente por sobreponerse era la realidad cotidiana de nuestro padre. Creemos que algunas de las decisiones que tomó fueron verdaderamente heroicas. Un ejemplo es el relato sobre su participación en lo que él describe como un "incidente interesante" en el campo de Jędrzejw. A pesar de su falta de experiencia, se ofreció voluntario para sustituir la rueda dañada del vehículo de un oficial alemán. En el proceso, salvó su vida y la de sus compañeros. Luego, cuando le dieron comida extra como recompensa por sustituir la rueda, prefirió compartirla con sus amigos en lugar de quedársela para él.