Puntuación:
The Listening Life, de Adam McHugh, subraya la importancia de escuchar en diversos contextos, incluidas las relaciones con los demás, con uno mismo y con Dios. Los lectores aprecian los consejos prácticos, las ideas bíblicas y las anécdotas personales que mejoran su comprensión y sus habilidades para escuchar. El libro sirve tanto de guía para la superación personal como de reflexión sobre el significado espiritual de escuchar.
Ventajas:Los lectores consideran que el libro es perspicaz y transformador, y que ofrece valiosas lecciones sobre el arte de escuchar. Muchos aprecian los ejemplos prácticos y los consejos aplicables, sobre todo en los capítulos dedicados a escuchar a los demás, a uno mismo y en momentos de dolor. El estilo ameno del autor y sus anécdotas humorísticas hacen que la lectura resulte agradable. También es muy recomendable para líderes y educadores que deseen mejorar su capacidad de escucha y establecer mejores relaciones.
Desventajas:Algunos lectores señalan que es posible que el libro no tenga tanto eco entre quienes no están interesados en la espiritualidad o en las perspectivas bíblicas. Algunos opinan que el ritmo puede ser lento o que requiere tiempo para asimilar las lecciones con eficacia. Además, algunos críticos mencionan que prefieren las obras anteriores de McHugh, y creen que este libro podría no tener el mismo impacto para ellos.
(basado en 120 opiniones de lectores)
The Listening Life: Embracing Attentiveness in a World of Distraction
Premio al Libro del Año de Christianity Today.
Premio de la Asociación de Librerías Logos.
Libros favoritos del año de Bookwi. se.
Recurso del año de la revista Outreach.
Sé rápido para escuchar, lento para hablar" --James 1:19.
¿Cómo cambiarían nuestras vidas si abordáramos cada experiencia con la intención de escuchar primero?
En este mundo ruidoso y lleno de distracciones, es difícil escuchar de verdad. Las personas hablan entre sí, deseosas de ser escuchadas pero, en cierto modo, sordas a lo que se dice. Escuchar es una habilidad esencial para unas relaciones sanas, tanto con Dios como con los demás. Pero es más que eso: escuchar es una forma de vida.
Adam McHugh sitúa la escucha en el centro de nuestra espiritualidad, nuestras relaciones y nuestra misión en el mundo. Dios mismo es el Dios que escucha, y nosotros también podemos aprender a oír lo que Dios nos dice a través de la creación, de las Escrituras y de las personas. Si cultivamos la escucha, estaremos más atentos y comprometidos con quienes nos rodean. La escucha nos forma y nos capacita para estar más en sintonía con las personas que sufren y más capaces de atender a quienes están en apuros.
Nuestras vidas son cualitativamente diferentes -de hecho, mejores- cuando nos convertimos en oyentes. Presta atención a la llamada a la vida de escucha, y escucha lo que Dios está haciendo en ti y en el mundo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)