La Universidad sin esperanza: El trabajo intelectual al final de El fin de la Historia

Título original:

The Hopeless University: Intellectual Work at the end of The End of History

Contenido del libro:

La Universidad hegemónica representada en las instituciones del Norte global es un lugar cada vez más desesperanzado. Definida contra el valor y la generación de excedentes, la Universidad es un nodo crítico en el control metabólico social del capital. Como tal, actúa para negar la agencia y la autonomía humanas, las formas de mutualidad y los mundos de vida alternativos, precisamente porque sirve para reproducir las relaciones sociales capitalistas. Estas relaciones excluyen la idea de que los seres humanos puedan hacer su propia historia y, de hecho, se nos ha dicho que estamos al final de la historia. Aquí, la idea de que la Universidad existe en un sistema cerrado diseñado para mitigar el riesgo económico, genera estructuras que reestructuran constantemente el trabajo intelectual a través de empresas conjuntas; culturas que actúan patológicamente para deshumanizar a quienes trabajan en la institución; y prácticas que se imponen metodológicamente para limitar el horizonte de posibilidad intelectual.

Sin embargo, la intersección de las crisis de la economía política, las vidas negras e indígenas, el clima y el medio ambiente, y la epidemiología, han expuesto el fraude en el corazón de las narrativas del fin de la Historia. Una serie de luchas que se entrecruzan han expuesto el fraude de la inevitabilidad transhistórica de que el capitalismo será nuestro sistema operativo. A pesar de la fragilidad del control metabólico social del capital, la Universidad sigue comprometida con la reconversión de toda la vida social en nombre del valor, trabajando por la empleabilidad, el espíritu empresarial, la excelencia, el impacto y la satisfacción. La Universidad es un nodo crítico en la negación de la Historia, precisamente porque proporciona una canalización constante de individuos hacia una existencia normalizada enmarcada por la deuda y el trabajo.

Enfrentada a las realidades y experiencias vividas de las crisis que se entrecruzan, la Universidad se revela como desesperanzada, porque: en primer lugar, se ha convertido en un lugar que no tiene ningún papel socialmente útil más allá de la reproducción del capital, y se ha convertido en un proyecto antihumano desprovisto de esperanza; y en segundo lugar, es incapaz de responder de manera significativa a las crisis que surgen de las contradicciones del capital. Por lo tanto, al mantener el statu quo, la Universidad sigue siendo una respuesta táctica a estas contradicciones.