La unidad de Camerún, el separatismo y el nuevo Camerún

Título original:

Cameroon's Unity, Separatism, and the New Cameroon

Contenido del libro:

Un extracto de un artículo publicado el 20 de febrero de 1962 en el periódico The Guardian decía: "La unificación del Camerún francófono con el antiguo Camerún del Sur administrado por Gran Bretaña es una 'experiencia única' en África... "La reunificación de los dos territorios marcó un hito en la causa propugnada por los cívico-nacionalistas cameruneses de reunificar las tierras de la antigua colonia alemana de Kamerun, de 1884 a 1916, que fue dividida por Gran Bretaña y Francia tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial.

Fue un paso adelante en la realización del sueño de "EL NUEVO CAMERÚN", a pesar de que los nacionalistas cameruneses que tejieron el Ideal estaban siendo acosados por las fuerzas de pacificación francesas, y a pesar de que Francia había instalado con éxito un régimen títere en el Camerún francófono bajo Ahmadou Ahidjo que se dedicó a poner en práctica el plan de juego de Francia, empezando por la usurpación del programa de reunificación y dándole un mal nombre. Hoy en día, el proyecto de reunificación está cobrando auge, sobre todo entre los cameruneses del antiguo Camerún del Sur británico. Por eso los cameruneses se hacen la pregunta: ¿Qué hay que hacer para deshacerse de un sistema anacrónico impuesto por Francia que está dejando al país estancado en el subdesarrollo, la corrupción, el fraude, el abatimiento, la dictadura y la división, incluso cuando el resto del mundo está avanzando?

Janvier Tchouteu aporta en este relato algunas respuestas sucintas que proporcionan las directrices del sueño camerunés definitivo del "NUEVO CAMERÚN", propugnado por primera vez por los cívico-nacionalistas cameruneses que fueron eliminados, marginados o socavados con éxito durante sesenta años de neocolonialismo por Francia, el régimen títere de Ahidjo que instauró en 1960 y su sucesor, el actual régimen de Biya, que asumió el poder en 1982. Hoy, Camerún se encuentra en una encrucijada.

Si bien es evidente que el sistema impuesto por Francia es anacrónico y ya no es sostenible, y que la clase política está dispuesta a arrastrar al país al abismo antes que abandonar el poder, Camerún también corre el riesgo de ser desgarrado por aquellos que nunca han deseado la reunificación: los que querrían que el territorio de los antiguos Cameruneses del Sur británicos se convirtiera en un país separado. Ambos grupos se erigen en obstáculos para el "Nuevo Camerún" y están retrasando el camino del país para ocupar su lugar como núcleo de la emergente Unión Africana.