La tragedia de la propiedad: La vida privada, la propiedad y el Estado ruso

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Título original:

The Tragedy of Property: Private Life, Ownership and the Russian State

Contenido del libro:

Las novelas, la poesía y el ballet rusos sitúan al país en la familia europea de las culturas y, sin embargo, hay algo diferente en este país, especialmente en lo que se refiere a su cultura política. ¿Qué hace diferente a Rusia?

Maxim Trudolyubov utiliza la propiedad privada como lente para destacar los rasgos más importantes que distinguen a Rusia como cultura política. En muchas sociedades occidentales, la propiedad privada ha actuado como baluarte del individuo frente al Estado; en Rusia, en cambio, ha sido utilizada sobre todo por las autoridades como instrumento de gobierno. Los liberales rusos del siglo XIX no consideraban los derechos de propiedad como una de las causas civiles dignas de defensa. La propiedad se asociaba a la servidumbre, e incluso después de la emancipación de los siervos, la institución de la propiedad seguía considerándose un atributo de la aristocracia retrógrada y del gobierno opresor. Era algo que había que destruir, y así fue en 1917.

Irónicamente, fue la Unión Soviética la que, con la llegada de la vivienda masiva en los años 60, dio buena fama al concepto de propiedad privada. Tras la colectivización forzosa y la urbanización masiva, la gente anhelaba un espacio propio. El derrumbe de la ideología soviética permitió llamar a la propiedad, pero no todas las propiedades eran iguales. Se podía ser propietario de un piso pero no de una petrolera, que podía ser propiedad sobre el papel pero no en la realidad. Por eso la mayoría de los empresarios rusos registran sus empresas en jurisdicciones extraterritoriales y aparcan su dinero en el extranjero.

Esta perspectiva fresca y muy original de la historia rusa será de gran interés para cualquiera que quiera entender la Rusia de hoy.