La regla de tres y la evolución de la gobernanza

Título original:

The Rule of Three and the Evolution of Governance

Contenido del libro:

La cambiante relación entre Oriente y Occidente, principalmente entre China y Estados Unidos, ha puesto sobre el tapete la cuestión de lograr unas relaciones pacíficas y armoniosas entre las naciones, especialmente en lo que respecta al reciente ascenso de China en los asuntos mundiales. La competencia entre naciones con diferentes formas de gobierno plantea cuestiones importantes como: ¿Qué formas de gobierno funcionan mejor para que las personas convivan en armonía y paz, tanto dentro de las naciones como entre ellas? ¿Qué principios podemos descubrir en la historia de la humanidad que puedan orientarnos hacia algunas respuestas a esta cuestión fundamental de la gobernanza? ¿Qué pueden sugerirnos las respuestas del pasado sobre el futuro? ¿Adónde puede llevarnos el futuro? Para encontrar respuestas a estas preguntas, nos embarcamos en una aventura de descubrimiento, retrocediendo unos 30.000 años en el tiempo, para rastrear el progreso evolutivo de la gobernanza humana desde el periodo de los cazadores-recolectores hasta nuestros días.

También adoptamos un marco proporcionado por el histórico estudio del Dr. Stephen Pinker sobre la naturaleza de la violencia a lo largo del tiempo, titulado The Better Angels of Our Nature (Los mejores ángeles de nuestra naturaleza), para contextualizar y contrastar nuestros propios descubrimientos. Descubrimos varios principios básicos: Primero, las formas de gobierno humano progresaron evolutivamente en los últimos 30.000 años.

En segundo lugar, el motor más básico de este progreso fue y sigue siendo el cambio tecnológico, que obliga a cambios complementarios en la gobernanza -- o sella el fracaso institucional. En tercer lugar, descubrimos que sólo tres factores básicos determinaban si una determinada forma de gobierno lograba prosperar como tribu, nación, imperio o Estado-nación. Esos factores fundamentales son: las fronteras, la mitología fundacional y la Regla de Tres.

De hecho, nuestro hallazgo más fundamental ha sido la propia regla de tres: el principio que afirma que las díadas tienen una naturaleza intrínsecamente inestable, mientras que las tríadas -como los taburetes de tres patas- poseen una estabilidad inherente. A lo largo de los tiempos, las estructuras humanas más exitosas han sido aquellas con intrincadas jerarquías de gobierno en las que la Regla de Tres está profundamente entretejida en cada nivel. En cuanto al futuro, afirmamos que la mejor estructura internacional adoptaría la forma simbólica de un archipiélago de naciones interconectadas mediante un sistema de puentes, en el que cada puente consistiera en una ruta de intercambio entre dos naciones y la naturaleza del intercambio fuera, en gran medida, el comercio de bienes y servicios, seguido de intercambios culturales de ideas.

Un principio básico: es mucho más fácil tender puentes entre naciones que reconstruir naciones a imagen y semejanza de otras. Los malos actores entre naciones pueden ser tratados como los aldeanos solían tratar a los vecinos desagradables: con el rechazo y la vergüenza, donde el rechazo significa el cese de las relaciones comerciales.