La red americana de Churchill: Winston Churchill y la forja de la relación especial

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Título original:

Churchill's American Network: Winston Churchill and the Forging of the Special Relationship

Contenido del libro:

Un retrato revelador que muestra cómo el famoso estadista británico creó una red de colegas y amigos estadounidenses que ayudaron a impulsar nuestra política exterior a favor de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial.

Winston Churchill era un consumado creador de redes. Utilizando documentos y archivos recién descubiertos, Churchill's American Network revela cómo el famoso político británico creó una red de hombres y mujeres estadounidenses que impulsaron la política exterior de Estados Unidos en favor de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que generaba lucrativos honorarios por conferencias para mantener su lujoso estilo de vida.

Stelzer ha recopilado informes de periódicos locales de la época sobre las giras de conferencias de Churchill por muchas ciudades estadounidenses, así como sus interacciones con los líderes de las comunidades estadounidenses locales: lo que decía en público, lo que decía en reuniones privadas, cómo se comportaba. Los lectores observan a Churchill mientras es escoltado por un detective armado de Scotland Yard, ayudado por la policía local cuando los nacionalistas indios amenazan con asesinarlo, mientras viaja en vagones privados de lujo proporcionados por miembros adinerados de su red, y mientras se recupera de un accidente automovilístico que estuvo a punto de costarle la vida, con la ayuda del licor recetado por un médico amigo al que no le gustaba nada la Ley Seca.

Los eslabones de la red de Churchill incluyen algunas de las fascinantes figuras estadounidenses: el millonario financiero Bernard Baruch; el magnate del ferrocarril, Averell Harriman, que se convirtió en intermediario entre FDR y Churchill; los magnates de los medios de comunicación William Randolph Hearst (y su esposa y amante); Robert R. McCormick -que atacaba la política de Churchill pero disfrutaba de su compañía- y Charles Luce, que lo convirtió en el Hombre del Año de TIME y más tarde en el Hombre del Siglo; y actores secundarios como Mark Twain, Charlie Chaplin y David Niven.

No es casualidad que Churchill fuera capaz de unir estos vínculos en una importante red que le benefició a él y a Gran Bretaña. Trabajó en ello sin descanso, manteniéndose en estrecho contacto con sus amigos estadounidenses por carta, firmando ejemplares de sus numerosos libros y atendiendo a sus necesidades cuando se encontraban en Gran Bretaña. Muchos de estos colegas fueron invitados a cenas en Chartwell y, más tarde, en Downing Street. Quizá lo más importante es que la red de aliados estadounidenses de Churchill llegó a oídos de Franklin Roosevelt mientras el presidente decidía cómo superar la oposición del Congreso a ayudar a Gran Bretaña a hacer frente a la amenaza de Alemania.