La prioridad de Juan

Título original:

The Priority of John

Contenido del libro:

El destino de muchos libros sobre Juan ha sido quedar inacabados, pues su interpretación constituye naturalmente la culminación de toda una vida. Yo mismo he tenido la intención de escribir un libro sobre el Cuarto Evangelio desde los años cincuenta, antes de separarme (a regañadientes) para ser obispo de Woolwich, aunque ahora agradezco no haberlo producido prematuramente en aquel momento. Significa, sin embargo, que me veré obligado a referirme y a menudo recapitular material directa o indirectamente relacionado con la literatura juanina, que he escrito a lo largo de los años (parte de ello, de hecho, mientras era obispo). De hecho, muchos eruditos, si no la mayoría en la actualidad, piensan que el propio autor del Evangelio nunca vivió para terminarlo y han visto la obra como el producto de numerosas manos y redactores. Como quedará claro, yo prefiero creer que el antiguo testimonio de la Iglesia es correcto en el sentido de que Juan lo escribió "mientras aún estaba en el cuerpo" y que sus asperezas, autocorrecciones y fallos de conexión, reales o imaginarios, son el resultado de no haber sido editado con fluidez o de forma definitiva. Si es así, estoy en buena compañía. En cualquier caso, ¿quién podría desear un mejor último testimonio de sus amigos que el de que "su testimonio es verdadero" (Juan 21, 24)?

En otras palabras, acertó -histórica y teológicamente. -de la Introducción En el momento de su muerte, en diciembre de 1983, John Robinson había completado el texto del libro en el que se iban a basar sus conferencias de Bampton de 1984, de modo que es posible ver todos los detalles de su extremadamente controvertido argumento de que el Evangelio de Juan fue el primer Evangelio que se escribió. El propio Dr. Robinson describió en una ocasión el amanecer de su convicción de que éste era el caso como una "experiencia del camino de Damasco", y su presentación de las pruebas se hace con todo el vigor habitual con el que argumentaría a favor de algo en lo que creía profundamente. Las objeciones que hay que superar para poner de cabeza lo que ha sido durante mucho tiempo uno de los supuestos fundamentales de la erudición neotestamentaria son sustanciales, pero aquí, una vez más, el Dr. Robinson demuestra que gran parte de lo que se toma como hecho establecido en ese ámbito no es más que preferencia y presunción. No cabe duda de que provocará un replanteamiento de toda una serie de temas, desde la cronología del ministerio de Jesús hasta la naturaleza de sus enseñanzas. Como dijo The Listener de la igualmente controvertida Redating the New Testament: El mayor placer que proporciona el Dr. Robinson es puramente intelectual. Su libro es un prodigioso ejercicio virtuoso de razonamiento inductivo y una lección objetiva sobre la naturaleza del argumento histórico y del conocimiento histórico.

Esta secuela iguala, si no supera, a su predecesor en esos aspectos y es un justo homenaje a un brillante estudioso del Nuevo Testamento. El manuscrito fue preparado para su publicación por el Dr. Chip Coakley, alumno del Dr. Robinson, actualmente profesor de Estudios Religiosos en la Universidad de Lancaster.