La pantalla es roja: Hollywood, el comunismo y la Guerra Fría

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Título original:

Screen Is Red: Hollywood, Communism, and the Cold War

Contenido del libro:

La pantalla es roja retrata la ambivalencia de Hollywood hacia la antigua Unión Soviética antes, durante y después de la Guerra Fría. En la década de 1930, el comunismo luchaba contra su alter ego, el fascismo, pero ambos amenazaban con socavar el sistema capitalista, el valor fundamental de la industria cinematográfica. Hollywood presentaba al fascismo como la mayor amenaza y al comunismo como una aberración abrazada por jóvenes idealistas inconscientes de su lado oscuro. En Ninotchka, todo lo que necesita una comisaria es un viaje a París para convertirse al capitalismo y a los lujos que puede ofrecer.

El panorama cambió cuando la Alemania nazi invadió la Unión Soviética en 1941, convirtiendo a Rusia en un aliado efímero. Los soviéticos fueron glorificados rápidamente en películas como Song of Russia, The North Star, Mission to Moscow, Days of Glory y Counter-Attack. Pero una vez que el Telón de Acero cayó sobre Europa del Este, el escenario volvió a cambiar. América estaba ahora plagada de agentes soviéticos que intentaban robar alguna pieza crucial de microfilm. En la pantalla, las detonaciones atómicas en el suroeste producían mutaciones en hormigas, langostas y arañas, y resucitaban de sus tumbas acuáticas a monstruos muertos hacía mucho tiempo. Las películas no culpaban específicamente a la bomba atómica, sino que mostraban qué horrores podían producirse además de la icónica nube en forma de hongo.

A través de la lente de Hollywood, una guerra nuclear podía dejar un puñado de supervivientes (Cinco), ninguno (En la playa, Dr. Strangelove) o ciudades en ruinas (A prueba de fallos). Hoy la amenaza ya no es la Unión Soviética, sino el terrorismo internacional. El autor Bernard F. Dick sostiene, sin embargo, que la Unión Soviética no ha perdido su atractivo, como demuestra la popular serie de televisión The Americans, aclamada por la crítica. Más de ochenta años después, la pantalla sigue en rojo.