Puntuación:
El libro «The Girl Who Smiled Beads», de Clementine Wamariya, ofrece un relato poderoso y profundamente emotivo de sus experiencias como joven refugiada que huyó del genocidio ruandés. La crudeza del relato y los temas de la perseverancia, el trauma y la complejidad de la supervivencia conmueven a los lectores. Aunque muchos aprecian la valentía de la autora y la conmovedora narración, algunos critican el equilibrio entre gratitud y rabia expresado en su historia.
Ventajas:⬤ Bien escrito y fácil de leer, lo que permite un rápido compromiso.
⬤ Ofrece un retrato crudo y honesto del trauma y la resiliencia.
⬤ Ofrece una visión de la experiencia de los refugiados, iluminando las complejidades de la supervivencia y las luchas emocionales.
⬤ Personajes atractivos y relaciones cercanas y bien desarrolladas.
⬤ Evoca fuertes respuestas emocionales, incitando a la reflexión y a la empatía.
⬤ Algunos lectores consideran que la autora carece de gratitud hacia su familia de acogida y hace más hincapié en sus luchas que en su apoyo.
⬤ La profundidad emocional puede hacer que sea una lectura pesada para algunos, ya que no sigue una narrativa «feliz» tradicional.
⬤ Algunas reseñas mencionan el enfado recurrente de la autora, que podría afectar al tono general de la narración.
(basado en 212 opiniones de lectores)
The Girl Who Smiled Beads: A Story of War and What Comes After
BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES - «La trama proporcionada por el universo estaba llena de hambre, guerra y violaciones. Yo no viviría -no podría vivir- en ese cuento".
Clemantine Wamariya tenía seis años cuando su madre y su padre empezaron a hablar en susurros, cuando los vecinos empezaron a desaparecer y cuando oyó los fuertes y feos sonidos que su hermano decía que eran truenos. En 1994, ella y su hermana Claire, de quince años, huyeron de la masacre de Ruanda y pasaron los seis años siguientes emigrando por siete países africanos en busca de seguridad: hambrientas, encarceladas y maltratadas, soportando y escapando de campos de refugiados, encontrando una amabilidad inesperada, siendo testigos de una crueldad inhumana. No sabían si sus padres estaban vivos o muertos.
Cuando Clemantine tenía doce años, ella y su hermana obtuvieron el estatuto de refugiadas en Estados Unidos; allí, en Chicago, sus vidas se separaron. Aunque su vínculo seguía siendo inquebrantable, Claire, que durante tanto tiempo había protegido y mantenido a Clemantine, era una madre soltera que luchaba por llegar a fin de mes, mientras que Clemantine fue acogida por una familia que la crió como si fuera suya. Parecía vivir el sueño americano: ir a un colegio privado, ser animadora y, finalmente, graduarse en Yale. Sin embargo, los años en los que fue tratada como menos que un ser humano, en los que pasó hambre y vio la muerte, no podían borrarse. Se sentía al mismo tiempo de seis años y de cien.
En The Girl Who Smiled Beads, Clemantine nos provoca a mirar más allá de la etiqueta de "víctima" y reconocer el poder de la imaginación para trascender incluso las heridas y secuelas más profundas. Devastador y bello a la vez, y de una originalidad vigorizante, es un poderoso testimonio de su compromiso con la construcción de una vida en sus propios términos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)