La nación de las plantas

Opiniones de los lectores

El libro presenta una nueva perspectiva de la relación entre los seres humanos y las plantas, haciendo hincapié en la necesidad de apreciar y comprender el mundo natural desde el punto de vista de las plantas. Aunque la mayoría de las críticas elogian su contenido perspicaz y bien documentado, algunos lectores lo consideran menos satisfactorio que las obras anteriores del autor, sobre todo por su brevedad y por centrarse en el cambio climático.

Fácil de leer, fenomenalmente interesante, brillantemente perspicaz, bien documentado, elegantemente escrito, aborda con eficacia la arrogancia humana, enfoque conceptual informativo.

Algunos lectores consideraron que era demasiado corto, que se centraba demasiado en el cambio climático en vez de en las ideas más amplias que esperaban y se sintieron decepcionados en comparación con las obras anteriores del autor.

(basado en 8 opiniones de lectores)

Título original:

The Nation of Plants

Contenido del libro:

Un destacado neurobiólogo vegetal presenta los ocho pilares fundamentales sobre los que se asienta la vida de las plantas -y, por extensión, de los humanos- en esta guía lúdica pero reveladora.

Aunque se comporten como si lo fueran, los humanos no son los amos de la Tierra, sino sólo uno de sus residentes más molestos. Desde el momento de su llegada, hace unos 300.000 años -nada comparado con la historia de la vida en nuestro planeta-, los humanos han conseguido cambiar las condiciones del planeta de forma tan drástica que lo han convertido en un lugar peligroso para su propia supervivencia.

Las causas de este comportamiento temerario son en parte inherentes a su naturaleza depredadora, pero también dependen de nuestra total incomprensión de las normas que rigen la existencia de una comunidad de seres vivos. Los últimos en llegar al planeta, nos comportamos como niños que causan estragos, inconscientes del valor y el significado de las cosas con las que juegan.

En La nación de las plantas, la nación más importante, extendida y poderosa de la Tierra por fin toma la palabra. Como padres atentos, las plantas, después de hacer posible que vivamos, han acudido una vez más en nuestra ayuda, dándonos sus reglas: ésta es la primera Carta de Derechos de los Seres Vivos escrita por las plantas. Breve constitución basada en los principios generales que regulan la vida común de las plantas, establece normas aplicables a todos los seres vivos. Frente a nuestras constituciones, que sitúan al ser humano en el centro de toda la realidad jurídica, conforme a un antropocentrismo que reduce a cosas todo lo que no es humano, las plantas nos ofrecen una revolución.