La medicina de los frailes en la Inglaterra medieval

Título original:

The Medicine of the Friars in Medieval England

Contenido del libro:

Basándose en una sorprendente riqueza de pruebas halladas en manuscritos supervivientes, este libro devuelve a los frailes el lugar que les corresponde en la historia de la sanidad inglesa.

A menudo se pasa por alto a los frailes en el panorama de la asistencia sanitaria en la Inglaterra bajomedieval. Médicos, cirujanos, boticarios, barberos, comadronas... son las personas en las que pensamos inmediatamente como agentes de curación; mientras que identificamos a los profesores universitarios como autoridades en escritos médicos. Sin embargo, desde su primera aparición en Inglaterra en la década de 1220 hasta la dispersión de los conventos en la década de 1530, cuatro órdenes de frailes actuaron como sanadores de todo tipo. Sus cuidados se extendían más allá del círculo de sus propios hermanos: entre sus pacientes se encontraban miembros de la realeza, nobles y obispos, y también proporcionaban ayuda caritativa y socorro a los pobres. También escribieron sobre medicina. Bartolomé el Inglés y Roger Bacon fueron sin duda los autores más influyentes, junto con el dominico Enrique Daniel. Tampoco hay que olvidar a los anónimos franciscanos compiladores de la Tabula medicine, un manual de curas que, entre otras cosas, contiene historias de casos de frailes que practicaban la medicina. Incluso después de la Reforma, estos textos siguieron circulando y encontrando nuevos lectores entre los practicantes y los hogares.

Este libro devuelve a los frailes el lugar que les corresponde en la historia de la sanidad inglesa, explorando el complejo y productivo enredo entre el cuidado del alma y la curación del cuerpo, tanto en términos teóricos como prácticos. Basándose en la sorprendente riqueza de pruebas halladas en los manuscritos conservados, saca a la luz a individuos como William Holme (c. 1400), y a su paciente el duque de York (m. 1402), que sufría de piernas hinchadas. Holme también escribió sobre remedios sencillos y dio instrucciones para tratar los problemas oculares y de voz que sufrían sus hermanos franciscanos. A partir del siglo XIII, los frailes escribieron su medicina de forma diferente, reflejando su vocación religiosa como predicadores y confesores.