La marca del trébol: Historias de los Warmblood húngaros

Título original:

The Mark of Clover: Stories of Hungarian Warmbloods

Contenido del libro:

Mark of Clover contiene una deliciosa colección de cuentos y tradiciones que abarcan 1.000 años de historia de los sangre caliente húngaros. Los apasionantes e intrigantes relatos abarcan desde el siglo IX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Cada capítulo presenta caballos con la "Marca del Trébol", una marca de nacimiento única que pertenece a una raza de caballos originaria de las estepas de Eurasia occidental. Para cualquier amante de los caballos, éste es un libro fascinante que merece la pena leer, en el que se describen caballos y humanos devotos y valientes. Primer párrafo: "En el siglo IX, antes de que entraran en Europa central, bajo el liderazgo del caudillo Arpad, y se establecieran en el rico valle del Danubio que hoy es Hungría, los magiares vivían en una tierra asiática que sufría una gran sequía.

El Taltos, o Sumo Sacerdote, sacrificó muchos caballos blancos como la nieve y mantuvo encendidos los fuegos de los sacrificios día y noche para apaciguar a los espíritus malignos que alejaban la lluvia de los pastos y los campos, pero todo fue en vano, pues no cayó lluvia sobre las tierras resecas y estériles.

(Párrafo siguiente... ) Los magiares eran una nación amante de los caballos, y cada familia intentaba superar a la otra en la cría de una línea superior de animales. La competencia era fuerte, durante algunos años, Tokos había sido el dueño indiscutible de la mejor raza.

Estos caballos eran rápidos, astutos y valientes. En las pruebas de resistencia y velocidad contra los demás animales magiares, siempre ganaban. Tokos se llevaba todos sus caballos, pues ninguno se vendía ni regalaba.

Cada año se criaban cuidadosamente unas pocas yeguas y, si los potros no eran perfectos o no cumplían el estándar establecido por Tokos, eran destruidos. Muchos de estos caballos llevaban un extraño signo en la punta del hocico, una marca en forma de trébol de cuatro hojas. Se rumoreaba entre los magiares que era la marca de los dioses y, mientras éstos favorecieran al clan de Tokos, nadie podría esperar criar un caballo mejor".