La mano de hierro

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Título original:

Baring the Iron Hand

Contenido del libro:

Durante las guerras de antebellum, el Ejército Regular preservaba la paz, reprimía a los indios y soportaba el grueso de los combates. La Guerra Civil, sin embargo, trajo consigo una afluencia de voluntarios que desbordó el número de Regulares del ejército, forzando un choque entre la disciplina militar tradicional y las expectativas de los ciudadanos.

Baring the Iron Hand ofrece un examen extraordinariamente profundo de este conflicto interno y de la cuestión de la disciplina en el Ejército de la Unión. Ramold cuenta la historia de los voluntarios, quienes, poco acostumbrados a necesidades militares como obedecer a los oficiales, aceptar castigos y suprimir la individualidad, se rebelaron contra la disciplina tradicional esperada por el ejército permanente. Reacios a renunciar por completo a sus derechos como ciudadanos estadounidenses, los soldados desafiaron las normas abierta y encubiertamente.

Desafiaron el derecho de sus oficiales a dirigirlos y establecieron sus propias políticas sobre infracciones militares, conducta adecuada y comportamiento en el campo de batalla. Los soldados ciudadanos también negaron al ejército el derecho a castigarles por delitos como la deserción, la insubordinación y el motín, que no tenían contrapartida en la vida civil. Ramold demuestra que el enfrentamiento entre Regulares y voluntarios provocó una reinterpretación de las expectativas tradicionales de disciplina.

Los oficiales del Ejército Regular tuvieron que enfrentarse a soldados de mentalidad independiente que se resistían a la disciplina de "escupir y pulir" que hacía tan eficiente al ejército, pero que también alienaba el sentido de individualidad y hombría de los voluntarios. Incapaces de perseguir al gran número de soldados que cometían delitos, los oficiales profesionales llegaron a una forma de acomodo populista con sus soldados voluntarios. Incapaz de erradicar o prevenir ciertas ofensas, el ejército intentó simplemente gestionarlas o simplemente ignorarlas.

En lugar de aplicar castigos tradicionalmente severos por delitos específicos, como se había hecho en el periodo anterior a la Guerra Civil, el ejército apaciguó a sus hombres mediante la ampliación de la amnistía, la modificación de las sentencias y la concesión de indulgencia liberal a muchos soldados que, de otro modo, merecían las penas más duras. La fascinante mirada de Ramold a las vidas de estos soldados de mala conducta interesará tanto a los historiadores de la Guerra Civil como a los aficionados.