Curse of the Possessed Bus
Una maldición impide que un espíritu resentido se mueva del lugar donde murió en un terrible accidente de autobús. Como él fue el culpable del accidente, el espíritu de Casey, que era el conductor en el momento del accidente, impuso a Irwin esta maldición como castigo por ser el causante de que las siete personas que viajaban en ese autobús perdieran la vida.
Irwin descubrió la única manera de romper la maldición. Tuvo que destruir a las dos mujeres que más odiaba, Robin y Jayme. Estas dos mujeres habían ayudado a todas las víctimas del accidente de autobús a salir adelante ayudándolas con sus asuntos pendientes. Para ello, Irwin se vio obligado a confesar que había manipulado los frenos del autobús aquella fatídica mañana.
Sin embargo, Irwin debe completar su vengativa tarea antes de que su cadáver vuelva a entrar en su tumba. Si no, la maldición quedará sellada. Nunca se romperá.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)