Puntuación:
El libro «La ley de las pequeñas cosas», de Stuart Brody, subraya la importancia de la integridad en la vida cotidiana y ofrece orientaciones prácticas para tomar decisiones éticas. Ha sido muy bien acogido por su contenido, que invita a la reflexión, y por los ejemplos que animan a los lectores a reflexionar sobre su propia integridad y el impacto de las pequeñas decisiones.
Ventajas:Los lectores aprecian el estilo sencillo del libro, los ejemplos que invitan a la reflexión y su enfoque alentador de la práctica de la integridad. Muchos lo encontraron oportuno y relevante para la cultura actual, sugiriendo que incita al autoexamen y al debate sobre la ética. El libro se recomienda tanto para lectores individuales como para debates en grupo.
Desventajas:Algunos lectores pueden considerar que los retos que plantean los dilemas éticos del libro son elevados, lo que podría resultar intimidatorio. Además, algunas críticas sugieren que, aunque el libro es perspicaz, no resuelve todas las cuestiones éticas, lo que deja a algunos lectores con ganas de respuestas más concretas.
(basado en 15 opiniones de lectores)
The Law of Small Things: Creating a Habit of Integrity in a Culture of Mistrust
Vivimos en una época en la que la deshonestidad y la duplicidad son comunes en nuestras instituciones públicas, nuestros lugares de trabajo e incluso en nuestras relaciones personales. Pero reconociendo y resistiendo las pequeñas formas, aparentemente intrascendentes, en que hacemos concesiones morales en nuestras propias vidas, podemos reparar el desgarro de nuestro tejido social y moral.
La Ley de las Pequeñas Cosas comienza con un test de CI (Cociente de Integridad) diseñado para revelar el modo casual en que consideramos nuestras promesas y los conceptos erróneos que tenemos sobre actuar con veracidad. El libro muestra cómo la mayoría de la gente cree que la integridad es algo que simplemente tenemos y que simplemente hacemos, como un anuncio de Nike. Describe estos y otros engaños que desplegamos para aparentar que actuamos con integridad sin hacerlo realmente.
La Ley de las Pequeñas Cosas también expone cómo nuestra cultura fomenta las infracciones de la integridad a través de una serie de promesas permitidas, un lenguaje de clichés que equipara el interés propio con el deber, y la ilusión de inconsecuencia que excusa las pequeñas infracciones con la despreocupada confianza de que podemos cumplir con la integridad cuando cuenta.
Brody desafía la noción predominante de que la integridad es una posesión que se tiene permanentemente. Nadie tiene integridad y nadie la practica a la perfección. Lo que tenemos es la oportunidad de mantener las promesas y cumplir los deberes en cada situación a la que nos enfrentamos, grande y pequeña. La integridad es una práctica y un hábito de mantener las promesas, las que hacemos explícitamente y las que están implícitas en todas nuestras relaciones.
En última instancia, desarrollar habilidades en la práctica de la integridad nos lleva a saber quiénes somos, no de la forma en que la cultura nos define, sino de la forma en que realmente sabemos que somos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)