La Isla Partida en Dos Mitades: Movimientos de tierra y renovación entre los maoríes de Nueva Zelanda

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Título original:

The Island Broken in Two Halves: Land and Renewal Movements Among the Maori of New Zealand

Contenido del libro:

¿Por qué debería interesarle a alguien de fuera de Nueva Zelanda la historia maorí? Porque es rica en documentos que recapitulan quinientos años de expansión imperial europea y las respuestas de los pueblos indígenas a ella. Los humanitarios británicos intentaron evitar en Nueva Zelanda los trágicos errores que la Corona cometió en Australia, donde las tribus aborígenes fueron casi exterminadas en algunos casos y gravemente marginadas en otros.

La "historia de lucha" maorí sólo es única por su relativo éxito. La empresa británica de colonización y cristianización estimuló la formación de movimientos de renovación maoríes para aferrarse a su tierra amenazada. El estudio de estos movimientos aclara cómo los seres humanos en general utilizan lo sagrado para salvar el abismo entre el viejo y el nuevo mundo durante el trauma de la invasión y por qué la gente recurre a la religión como medio primordial de salvación de la desesperación.

La isla partida en dos mitades examina tres movimientos proféticos relacionados dentro de un marco que analiza sus características fundamentalmente religiosas. El Movimiento del Rey imaginó un sistema de gobierno maorí regido por "la religión, la ley y el amor". Alimentó el impulso de unidad que anima el movimiento de soberanía maorí del siglo XX. El culto Pai Marire surgió a raíz de la primera guerra de tierras de mediados del siglo XIX y se extendió rápidamente por la Isla Norte, encendiendo los temores de una rebelión nativa. De las cenizas de Pai Marire surgió la iglesia Ringatu, fundada por un profeta carismático marcado por un "signo de discordia". Tras su muerte, un mesías ringatu predijo que un rey milenario devolvería las tierras confiscadas a las tribus empobrecidas. Juntos, estos movimientos formaron una "tradición espiritual" con una hermenéutica única que desafiaba la hegemonía de los colonos europeos.