La isla mala

Opiniones de los lectores

El libro muestra el arte de Stanley Donwood a través de una narración visual, utilizando grabados sobre lienzo para explorar temas como la historia natural y la humanidad. Las reseñas reflejan diversas opiniones, desde la admiración por el arte y la narrativa hasta la decepción por el valor y la profundidad de la narración.

Impresionantes ilustraciones de Stanley Donwood, visualmente cautivadoras, narrativamente atractivas con temas de historia natural y humanidad. Muchos lectores consideraron que el libro era único, especialmente por el uso de imágenes sin texto, y apreciaron su calidad artística.

Varios lectores opinaron que la historia carecía de innovación y profundidad, y algunos criticaron su sencillez o consideraron que no merecía la pena su precio. Algunas reseñas mencionan la mala calidad del papel y la decepción de que el contenido no esté a la altura de lo que se espera de una obra de un artista de tanto renombre.

(basado en 13 opiniones de lectores)

Título original:

Bad Island

Contenido del libro:

Bad Island» es una extraordinaria, inquietante y silenciosa historia de una especie en ochenta fotogramas, un mudo archivo del futuro. Me la imagino descubierta entre los restos de una civilización; un conjunto de runas encontradas entre las ruinas.

De líneas contundentes y visión oscura, Bad Island te lee a ti más que tú a él' Robert Macfarlane'He leído mucho material de Stanley y siempre es bueno, y no tengo prejuicios' Thom Yorke, cantante de Radiohead Stanley Donwood, diseñador gráfico de culto y colaborador de Radiohead desde hace mucho tiempo, nos ofrece una novela gráfica de gran belleza sobre el fin del mundo. Un paisaje marino salvaje, una isla lejana, una luna llena. Poco a poco, la isla se va acercando hasta que aterrizamos en un desierto primigenio, rico en vegetación y bestias enormes y extrañas.

El tiempo pasa y las cosas no van bien para la isla. La civilización se alza como torres de piedra y metal y humo, ahogando la maleza y a las criaturas que antes se movían por ella.

Esta no es una historia feliz y no tendrá un final feliz. Con su inconfundible estilo monocromático de linóleo, Stanley Donwood esboza una parábola hipnótica y descarnada sobre el ecologismo y la historia de la humanidad.