La internacionalización de los intercambios intelectuales en una Europa en vías de globalización, 1636-1780

Título original:

The Internationalization of Intellectual Exchange in a Globalizing Europe, 1636-1780

Contenido del libro:

Este libro atiende a lo que en francés, desde los años ochenta, se ha dado en llamar el passeur, la figura del intelectual, mediador, traductor o periodista, que es también un ser socializado en el mundo. El volumen parte de contextos biográficos de tal manera que el conjunto de la obra se ofrece como una galería de retratos que conducen de un tipo de comprensión cultural a otro y luego a otro...

Geográficamente, el abanico es ampliamente europeo (Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Italia, Polonia, España y Suiza), aunque el objetivo nunca es mostrar cómo surgieron las identidades nacionales. Tampoco se trata de "cubrir" el campo. Todas las figuras tratadas fueron importantes por derecho propio y, sin embargo, con demasiada frecuencia sólo reciben atención académica de pasada.

La identidad singular que aquí se estudia, si la hay, podría ser la de Europa, pero el tema que se destaca de vez en cuando es también el de la "internacionalización" de la actividad intelectual en un siglo XVIII muy largo. Los capítulos finales del libro, dedicados a la comprensión de Oriente, refuerzan la internacionalización y el fomento de una identidad europea.

El volumen no pretende tanto destacar o rastrear ideas específicas transportadas de un contexto cultural a otro, aunque necesariamente se dan muchos ejemplos. Propone, en cambio, ilustrar la evolución de la actividad cultural posthumanista en Europa, comenzando con una serie de estudios en los que el debate surge de posiciones religiosas (no sólo protestantes, sino también musulmanas, católicas, jesuitas, jansenistas y de tradición judía) y cerrando con debates devenidos filosóficos y enciclopédicos.

Como tal, el volumen documenta una visión característica de la transformación de la actividad intelectual de la Edad Moderna temprana a medida que su centro se desplaza de la religión a la filosofía; y por ello llama especialmente la atención los ensayos situados en el centro del volumen. Éstos tratan de figuras activas hacia finales del siglo XVII y principios del XVIII, y de sus habilidades, dificultades y conflictos a la hora de encontrar nuevos espacios para la vida intelectual fuera de las instituciones religiosas y políticas -en discusiones públicas sobre filosofía, tolerancia, periodismo, derecho y la curiosa espacialización a la que nos referimos como anglofilia.