Puntuación:
El libro presenta unas convincentes memorias de Fritz Peters sobre sus experiencias infantiles de convivencia con el enigmático maestro espiritual G.I. Gurdjieff. Ofrece una visión de las enseñanzas de Gurdjieff y de su personalidad a través de los ojos de un niño. Aunque la narración es enriquecedora y ofrece una perspectiva única, algunos lectores la encuentran sólo moderadamente atractiva en comparación con otras obras.
Ventajas:Refrescante perspectiva infantil sobre Gurdjieff, perspicaz y honesto retrato de la humanidad del maestro, bellamente escrito y atractivo, proporciona valiosas enseñanzas y anécdotas personales, muy recomendable tanto para jóvenes como para adultos interesados en la superación personal y la espiritualidad.
Desventajas:Algunos lectores opinan que el libro no es excelente comparado con otras opciones, inseguros sobre el carácter y las enseñanzas de Gurdjieff, y críticos con ciertos intentos filosóficos de Peters. Algunas partes del libro, especialmente la última sección, se consideran menos interesantes.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Boyhood with Gurdjieff
Cuando la madre de Peters sufrió una crisis nerviosa a principios de los años veinte, el joven Fritz fue adoptado por su tía, Margaret Anderson, y su pareja, Jane Heap. Eran editoras de The Little Review, la revista literaria que dio a conocer los escritos de James Joyce, e. e. cummings, Hemingway y otros grandes de la vanguardia. Se trasladaron a Francia, donde criaron a Fritz en el salón de Gertrude Stein.
Anderson y Heap presentaron a Peters a muchas figuras influyentes, pero la más significativa para él fue G. I. Gurdjieff, fundador del Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre en Fontainebleau. Cuando Fritz llegó allí por primera vez, Gurdjieff le preguntó qué quería aprender. El muchacho respondió: «Quiero saberlo todo. Todo sobre el hombre. Creo que se llama psicología o tal vez filosofía». Gurdjieff respondió con un suspiro: «Tu respuesta me complica la vida. Soy el único que enseña lo que pides. Me das más trabajo».
Así, Fritz se convirtió quizá en el alumno más íntimo de este místico mercurial, pero Gurdjieff fue más que un maestro para Fritz. Fue una figura paterna cuya influencia Peters nunca se sacudió, y siempre luchó por integrar. Estas impresionantes memorias, que cubren los primeros años de Peters en el Instituto, conservan la ingenua perspectiva de un niño, al tiempo que ofrecen un recuerdo fotorrealista de Gurdjieff, del funcionamiento de su comunidad intencional y de los excéntricos personajes que vivían allí.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)