La importancia de ser pequeño: Lo que los niños pequeños realmente necesitan de los adultos

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Título original:

The Importance of Being Little: What Young Children Really Need from Grownups

Contenido del libro:

Christakis... entrelaza con maestría en su libro la investigación académica, la experiencia personal y las pruebas anecdóticas... un argumento contundente y convincente de que la educación infantil ha llegado a un punto de crisis... su libro es una cosa rara: un trabajo serio de investigación que también resulta estar bien escrito y ser personal... atractivo e importante".

--Washington Post.

"Lo que los niños necesitan de los adultos (pero no están recibiendo)... una apasionada súplica a educadores y padres para que dejen de lado las hojas de ejercicios y las fichas, se deshagan de los manidos proyectos de manualidades (sí, tú, Thanksgiving Handprint Turkey) y de las exóticas lecciones de vocabulario, y se centren en una simple palabra: jugar".

--NPR.

El bestseller del New York Times que supone un audaz desafío a la sabiduría convencional sobre la primera infancia, con un programa pragmático para animar a padres y profesores a replantearse cómo y dónde aprenden mejor los niños pequeños, adoptando el punto de vista del niño sobre el entorno de aprendizaje.

Para un niño de cuatro años que observa excavadoras en una obra o persigue mariposas en vuelo, el mundo está lleno de promesas. Los niños pequeños vienen al mundo preparados para aprender prácticamente en cualquier entorno y sobre cualquier tema. Sin embargo, en las aulas de preescolar y jardín de infancia de hoy en día, el aprendizaje se ha reducido a lecciones con guiones y métricas sospechosas que, con demasiada frecuencia, infravaloran la inteligencia del niño a la vez que sobrecargan su cerebro en crecimiento. Estas expectativas desajustadas causan estragos en la familia: los padres temen que si eligen el programa "equivocado", su hijo no accederá a la universidad "adecuada". Pero Erika Christakis, experta en primera infancia de Yale, afirma que nuestros temores son totalmente infundados. Nuestra ansiedad por preparar y salvaguardar el futuro de nuestros hijos parece haber alcanzado un punto álgido en un momento en que, irónicamente, la ciencia nos da más certeza que nunca de que los niños pequeños son pensadores excepcionalmente fuertes.

En su libro pionero, Christakis explica cómo es ser un niño pequeño en los Estados Unidos de hoy, en un mundo diseñado por y para adultos, donde hemos confundido escolarización con aprendizaje. Ofrece soluciones reales a problemas reales, con matices y orientaciones que van mucho más allá de las recetas habituales de menos exámenes y más juego. Se fija en el uso que los niños hacen del lenguaje, en sus expresiones artísticas, en el modo en que crece su imaginación y en cómo crean vínculos emocionales profundos para ampliar los límites de sus pequeños mundos. En lugar de desordenar sus mundos con más y más cosas, a veces lo más sabio para nosotros es aprender a quitarnos de su camino.

El mensaje de Christakis es energizante y tranquilizador: los niños pequeños son intrínsecamente poderosos, y ellos (y sus padres) florecerán cuando aprendamos nuevas formas de restaurar el entorno vital del aprendizaje temprano a uno que se adapte mejor a los aprendices más pequeños. Este desafío audaz y pragmático a la sabiduría convencional desvela el misterio de la infancia, revelando un lugar rico en posibilidades.