Puntuación:
El libro de Gore Vidal es una colección de ensayos que critica la política exterior e interior de Estados Unidos, en particular durante la administración Bush, relacionándola con los intereses del complejo militar-industrial y el petróleo. Vidal presenta argumentos convincentes sobre los acontecimientos que rodearon el 11 de septiembre y las ambiciones imperiales de Estados Unidos. Su escritura es elogiada por su profundidad e incisividad, pero algunos lectores la critican por ser repetitiva o por carecer de fundamento en ciertas afirmaciones.
Ventajas:⬤ Ofrece una visión crítica de la política exterior de Estados Unidos y de sus fundamentos económicos.
⬤ Escribe con un ingenio agudo y un estilo atractivo.
⬤ Ofrece una perspectiva histórica de acontecimientos importantes, como el 11-S y Pearl Harbor.
⬤ Está bien documentado y cita muchos casos relevantes de malas prácticas gubernamentales.
⬤ Anima a los lectores a cuestionar las narrativas dominantes y los motivos de las acciones gubernamentales.
⬤ Algunos lectores encuentran partes de la narración repetitivas o llenas de retórica familiar.
⬤ Ciertas afirmaciones carecen de pruebas sustanciales, lo que provoca escepticismo entre algunos, especialmente en lo que respecta a las teorías conspirativas.
⬤ El estilo provocador puede alienar a los lectores menos comprometidos políticamente.
⬤ Los puntos de vista pueden parecer demasiado cínicos o radicales para algunos, lo que lleva a desestimar los argumentos del autor.
(basado en 55 opiniones de lectores)
Dreaming War
Cuando se publicó el reciente bestseller de Gore Vidal, Perpetual War for Perpetual Peace, Los Angeles Times describió a Vidal como el último defensor de la república americana.
En Dreaming War, Vidal continúa esta defensa enfrentándose frontalmente a la junta Cheney-Bush en una serie de ensayos devastadores que echan por tierra las mentiras de las que vive el Imperio Americano, desvelando una contrahistoria que rastrea los orígenes de las actuales ambiciones imperiales de Estados Unidos hasta la experiencia de la Segunda Guerra Mundial y la doctrina Truman de posguerra. Y ahora, con los Cheney-Bush conduciéndonos a una guerra permanente, Vidal se pregunta ¿a qué intereses sirve esta doctrina de guerra preventiva? ¿Se convirtió Afganistán en escombros para vengar a los 3.000 masacrados el 11 de septiembre? ¿O fue "el antipático Osama elegido por motivos estéticos para ser el aterrador logotipo de nuestra largamente contemplada invasión y conquista de Afganistán? "Después de todo, fue sustituido abruptamente por Saddam Hussein una vez derrocados los talibanes.
Y mientras ahora se inventan "pruebas" para relacionar a Sadam con el 11-S, a la actual administración no le ayudan "las historias aparecidas en la prensa estadounidense sobre la inmensa riqueza petrolífera de Irak, que -por el bien del mundo libre- debe ser reasignada a consorcios estadounidenses".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)