La guerra de Marruecos contra el terrorismo: El caso actual de la cooperación en materia de seguridad

Título original:

Morocco's War on Terrorism: The Case for Security Cooperation Today

Contenido del libro:

... del Prefacio: Durante las dos últimas décadas, el terrorismo se ha extendido por todo el mundo.

Los atentados terroristas que golpearon Nueva York, Londres, Madrid, Casablanca, París, Estambul y otras capitales no sólo infligieron miles de víctimas e importantes daños a las infraestructuras, sino que marcaron notablemente la inauguración de una nueva generación de terror en la que la lucha antiterrorista se ha convertido en una de las máximas prioridades para las instituciones internacionales y los gobiernos nacionales. Así, incluso antes del ascenso del ISIL (Estado Islámico en Irak y el Levante), el número de atentados terroristas en todo el mundo en 2013 ascendió a más de 8.500, y 17.891 personas perdieron la vida en 2013 como consecuencia de estos ataques terroristas. Más de un tercio, 6.378 ocurrieron en Irak.

Afganistán fue el segundo país con más muertes, seguido de Pakistán. Desde el anuncio de su califato en junio de 2014, el ISIL ha perpetrado más de 71 atentados terroristas en 22 países, matando al menos a 1.200 personas e hiriendo a más de 1.900 personas. Esto no incluye los actos sangrientos cometidos por la organización en los campos de batalla de Siria e Irak.

A nivel europeo, desde los sucesos de París del 13 de noviembre de 2015, han surgido dos cuestiones clave: la importancia de la cooperación internacional en el ámbito de la seguridad y la lucha contra el terrorismo, y la cuestión de los combatientes extranjeros en Siria e Irak. En cuanto al primer punto, cabe señalar que, aunque la Comisión Europea lleva trabajando en una Estrategia de Seguridad Interior desde 2010, ha persistido la convicción dominante de que la lucha contra el terrorismo es principalmente un asunto nacional y soberano. En la primera hoja de ruta de la UE en materia de seguridad, la ayuda que la Unión Europea prestó a sus Estados miembros se limitó a crear un entorno jurídico y un marco de cooperación, y a desarrollar capacidades y sistemas comunes, como el Sistema de Información de Schengen (SIS) o el Mecanismo de Protección Civil, la Red de Sensibilización sobre la Radicalización, ATLAS (red de las fuerzas de intervención rápida) y Airpol (la red de policía aeroportuaria).

Cuando llegó, el atentado de París del 13 de noviembre de 2015 expuso a la crítica todos estos esfuerzos y demostró que la coordinación y la cooperación en materia de seguridad dentro del espacio Schengen eran, en realidad, ineficaces. Por este motivo, la Comisión Europea insistió inmediatamente en la importancia de presentar, antes de finales de 2015, un ambicioso conjunto de medidas destinadas a asegurar las fronteras de la UE, gestionar la migración de forma más eficaz y mejorar la seguridad interior de la Unión Europea, salvaguardando al mismo tiempo el principio de libre circulación de las personas.