Puntuación:
La fuerza de la nación, de Luisa Mirella Plancher, combina política y espiritualidad, analizando cómo la fe religiosa puede contribuir a la fuerza nacional y a la resolución de problemas. Presenta una perspectiva sugerente que entrelaza las creencias personales con temas políticos más amplios, animando a los lectores a explorar la importancia de la fe en la política pública.
Ventajas:⬤ Exploración perspicaz y sugerente de la política y la religión
⬤ bien documentada con un lenguaje claro
⬤ presenta soluciones únicas basadas en la fe a los problemas nacionales
⬤ incluye atractivas narraciones personales y coloridas imágenes
⬤ fomenta la reflexión profunda sobre los problemas contemporáneos
⬤ atrae a una amplia variedad de lectores.
⬤ Puede que no resuene entre los lectores que no coinciden con los valores judeocristianos del autor o que son críticos con Trump
⬤ algunos temas controvertidos podrían ser polarizantes
⬤ requiere que los lectores se comprometan con puntos de vista espirituales que pueden parecer extremos para algunos
⬤ el estilo de escritura se ha descrito como simplista y de libro de texto.
(basado en 29 opiniones de lectores)
The Strength of the Nation
Cuando el Presidente Trump apareció en la escena política indicando que quería "Hacer América Grande y Fuerte", la autora Luisa Mirella Plancher descubrió que había hablado de este mismo tema en su manuscrito "El Ángel del Señor".
Aquí, el párrafo "La Fuerza de la Nación" tiene las mismas aspiraciones del Presidente Trump. Por lo tanto, ella creó un libro con el mismo título. Ahora, Señoras y Señores, ¿cómo hacemos que nuestra nación sea grande y fuerte?
Lo hacemos entrando en la misma mentalidad de los profetas de antaño, porque el brillo del descubrimiento y la sabiduría, el conocimiento y la comprensión no son nuestros, sino del poder espiritual de lo alto. ¡Sí, en efecto! Necesitamos hacer a América grande y fuerte no sólo por nuestro propio bien sino también por el bien de todas las naciones de la Tierra. Y necesitamos vernos a nosotros mismos como El faro de esperanza para la humanidad como lo hicieron los fundadores de esta gran nación. De los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 hemos aprendido que nuestros problemas internacionales no pueden resolverse exclusivamente mediante la diplomacia o las intervenciones militares. Por el contrario, las principales soluciones se encuentran en el ámbito religioso. Entonces descubrimos que, cerrando nuestra frontera mexicana con un gran muro, ofrecemos un entorno seguro para que las poblaciones judía y árabe vuelvan a su raíz, Abraham, y se reconcilien tras miles de años de conflictos y luchas. Y el pueblo judío en Israel lo tomará desde aquí, pues se arrepentirán de haber matado a su Rey, Jesús Yeshua, y se prepararán para la Segunda Venida mientras reúnen el Reino del Señor.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)