The Spanish Frustration: How a Ruinous Empire Thwarted the Nation-State
En la España moderna persisten viejos problemas con orígenes remotos. ¿Cuándo metió la pata España? "La frustración española" sostiene que, a largo plazo, España perdió la oportunidad de convertirse en un Estado-nación moderno consolidado porque estuvo enredada en aventuras imperiales durante varios siglos cuando debería haber estado construyendo una sólida base nacional para futuros empeños. Se perdió la oportunidad de configurar una sociedad española moderna y civilizada.
En gran medida como consecuencia del despilfarro de recursos en el esfuerzo imperial, España perdió la oportunidad de construir una administración civil, instituciones de representación política y el Estado de Derecho en el momento oportuno. Durante largos periodos, el militarismo y el clericalismo sustituyeron a un Estado débil. Como los Estados crean naciones, y no al revés, la debilidad del Estado español hizo que la construcción de una nación cultural unificada fuera un esfuerzo frustrado e incompleto.
Al carecer de las bases institucionales y culturales de un Estado-nación sólido, el régimen democrático establecido desde finales de los años setenta en España se ha basado en una oligarquía de partidos políticos que tiende a producir gobiernos minoritarios y decisiones excluyentes. Cataluña, el País Vasco y otras autonomías territoriales centrífugas también prestan menos apoyo al régimen y lo amenazan con escisiones. El descontento y la falta de compromiso de la población con el funcionamiento de la democracia son generalizados.
En resumen: un imperio ruinoso hizo un Estado débil, que construyó una nación incompleta, que sostiene una democracia minoritaria. Esa es, en pocas palabras, la historia política de la España moderna.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)