La frontera digital: Migración, tecnología y poder

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Título original:

The Digital Border: Migration, Technology, Power

Contenido del libro:

¿Cómo influyen las tecnologías digitales en las experiencias y significados de la migración?

A medida que el número de personas que huyen de la guerra, la pobreza y los desastres medioambientales alcanza niveles sin precedentes en todo el mundo, los Estados también intensifican sus mecanismos de control fronterizo. Para ello, recurren a las tecnologías digitales, los macrodatos, la inteligencia artificial, las plataformas de redes sociales y el periodismo institucional para gestionar no sólo el flujo de personas en los pasos fronterizos, sino también el flujo de historias e imágenes de la movilidad humana que circulan entre sus públicos.

¿Qué papel desempeñan las tecnologías digitales en la configuración de la migración actual? ¿Cómo controlan las infraestructuras, plataformas e instituciones digitales el flujo de personas en la frontera? ¿Y cómo controlan también las narrativas públicas de la migración como "crisis"? Por último, ¿cómo utilizan los propios migrantes estas mismas plataformas para responder y hacerse oír ante las dificultades y la hostilidad?

Lilie Chouliaraki y Myria Georgiou estudian el mayor acontecimiento migratorio del siglo XXI en Occidente, la "crisis" migratoria europea de 2015, y sus consecuencias hasta 2020, y ofrecen una visión holística de la frontera digital como un amplio conjunto de infraestructuras tecnológicas (desde cámaras de vigilancia hasta teléfonos inteligentes) e imaginarios mediáticos (historias, imágenes, publicaciones en redes sociales) para contar la historia de la migración que se desarrolla tanto en las islas periféricas de Europa como en sus ciudades más vibrantes.

Es una historia de exclusión, marginación y violencia, pero también de atención, convivencia y solidaridad. A través de ella, la frontera no aparece ni como estrictamente digital ni como totalmente controladora. Según los autores, la frontera digital es a la vez digital y predigital.

Dataficada y encarnada.

Automatizada y autorreflexiva.

Sometida a emociones, deseos y juicios contrapuestos.

Y atravesada por relaciones sociales fluidas y frágiles, relaciones que implican tanto la desesperación de lo inhumano como la promesa de un futuro mejor.