Puntuación:
El libro está bellamente ilustrado y bien producido, con excelentes fotografías y maquetación. Ofrece una visión única de temas menos tratados en otras obras, aunque la edición adolece de repeticiones en pies de foto y texto. Algunas áreas podrían beneficiarse de explicaciones más detalladas, en particular las relativas a las pérdidas navales.
Ventajas:⬤ Hermosas ilustraciones
⬤ excelente calidad de producción
⬤ temas únicos tratados
⬤ útiles notas a pie de página
⬤ complementa las obras existentes sobre historia naval.
⬤ Repetición en pies de foto y texto
⬤ edición mejorable
⬤ carece de explicaciones detalladas sobre algunas pérdidas navales.
(basado en 1 opiniones de lectores)
The French Fleet
«El libro aborda muchas cosas que no suelen encontrarse en otras obras, como el equipo de teledetección o la logística de tierra de la flota francesa». - Revista NYMAS
Al final de la guerra franco-prusiana de 1870-1, la Marina francesa comenzó a reconstruir su flota, sustituyendo los buques de guerra de la antigua generación por hombres de guerra propulsados a vapor y con casco de hierro. Sin embargo, el proceso fue lento y errático, ya que en un principio se dio prioridad al Ejército. Además, la instauración de la Tercera República condujo a un largo periodo de inestabilidad política y económica que afectó a la política naval y de construcción naval. Los astilleros navales franceses y los astilleros privados se comprometieron a construir una flota de acorazados, cruceros y buques menores y llevaron a Francia a convertirse en la segunda potencia naval europea, al menos cuantitativamente. El auge del concepto estratégico naval de la «Jeune Ècole» (Joven Escuela) a principios de la década de 1880 cambió entonces las prioridades de la construcción naval, y se dio prioridad a los torpederos costeros y a los cruceros, mientras se ralentizaba la construcción de acorazados. Como consecuencia, la Armada francesa aplicó el concepto de acorazado más tarde que otras potencias navales europeas, concretamente Gran Bretaña y Alemania.
La Entente Cordiale de 1904 contribuyó a introducir nuevos cambios radicales en la política exterior, naval y de construcción naval, de modo que al estallar la Primera Guerra Mundial la flota francesa contaba con un número limitado de acorazados, muchos cruceros blindados obsoletos, un impresionante arsenal de torpederos y una flota de submarinos cuya eficacia era, sin embargo, cuestionable.
El libro ofrece una visión completa de la Marina francesa desde la instauración de la Tercera República hasta el final de la Primera Guerra Mundial. La política exterior y naval francesa, los astilleros y la organización industrial, las innovaciones tecnológicas, las operaciones y los programas de construcción naval se describen en la primera parte del volumen, mientras que la segunda parte, más amplia, se centra en las diferentes categorías de buques de guerra, incluida su evolución cualitativa y cuantitativa durante el periodo de 1871-1918 y su empleo durante la Gran Guerra. También se dedica un capítulo a la aviación naval.
Magníficamente ilustrado con fotografías raras y cuidadosamente seleccionadas, este nuevo e importante libro de referencia ofrece una visión clara y detallada de la armada francesa durante esta época y será un complemento vital de Los buques de guerra franceses en la era del vapor 1859-1914, publicado por Seaforth.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)