La esperanza triunfa sobre el caos: El tornado de La Plata del 28 de abril de 2002

Título original:

Hope Triumphs Over Chaos: The La Plata Tornado of April 28, 2002

Contenido del libro:

El devastador tornado F4 de La Plata, Maryland, del 28 de abril de 2002, fue un acontecimiento importante por varias razones. En primer lugar, los tornados en la costa atlántica no son frecuentes. El tornado atravesó la bahía de Chesapeake casi hasta el océano Atlántico. Además, un tornado de esta magnitud es extremadamente raro en la región noreste. Es sólo el tercero que se produce en el estado de Maryland. La Plata ha tenido dos, en 1926 y 2002, y uno ocurrió en Frostburg, Maryland, en 1998. Además, el tornado de La Plata del 28 de abril fue el más fuerte que ha azotado Maryland, y el segundo más fuerte que ha azotado la región noreste. El más fuerte fue el tornado F4 de Worchester, Massachusetts, que tocó tierra el martes 9 de junio de 1953.

El tornado se originó a lo largo de la frontera entre Kentucky y Virginia Occidental, cruzó el estado de Virginia Occidental por las montañas Ridge and Valley, Blue Ridge y Piedmont, y luego atravesó Virginia. Se trata de un acontecimiento poco frecuente, ya que, al igual que los huracanes, la mayoría de las tormentas se debilitan y disipan al cruzar las montañas. En ese momento, el tornado había recorrido unas cuatrocientas millas. Una vez cruzado el río Potomac, atravesó los condados de Charles, Calvert, Dorchester y Wicomico, en el sur de Maryland, una distancia total de sesenta millas adicionales, con lo que el recorrido total de este tornado fue de unas cuatrocientas sesenta millas, una hazaña meteorológica realmente notable.

El tornado causó más de 100 millones de dólares en daños materiales, destruyendo a su paso ochocientas sesenta viviendas y ciento noventa y cuatro empresas.

A pesar de la gravedad y la fuerza de este tornado, no pudo compararse con la determinación de los habitantes de La Plata para levantarse y reconstruir su amada ciudad con mayor gloria y esplendor. La fuerza del espíritu humano para superar esta catástrofe natural es innegable.