La divina Claudia: vida y carrera de Claudia Muzio

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Título original:

The Divine Claudia: The Life and Career of Claudia Muzio

Contenido del libro:

«Muzio era un caso aparte: no se la puede clasificar, porque al final has quedado tan destrozado emocionalmente por su interpretación, que ya ni siquiera sabías qué tipo de instrumento tenía». Así hablaba Lucrezia Bori, la querida soprano de la Metropolitan Opera.

Bori se hacía eco de la opinión de muchas de las contemporáneas y sucesoras de Claudia Muzio, como Eva Turner, Rosa Ponselle y Mafalda Favero, quien escribió: «En realidad», admitió (Favero) con su total candor, «tardé mucho tiempo en encontrar mi propia interpretación (de La traviata), pues me perseguía Claudia Muzio en este papel. Cuando ella lo cantó en el Coloń de Buenos Aires en 1933, yo iba a cada ensayo, adorándola, y me costó un esfuerzo sobrehumano conseguir finalmente mi aproximación personal.... Recuerdo una actuación de Muzio en Cecilia de Refice, ópera que creó en Roma en 1934 y que trata del martirio de la santa.

Estaba tan sublime que, al final, fui entre bastidores a expresarle mi admiración y me arrodillé impulsivamente.

De verdad, hija mía. dijo con esos ojos tristes que me perseguían.

¿Qué haces? Su Norma era también una creación inolvidable. Tenía la cualidad que considero tan esencial en una artista: hacer que el público sufra con ella». A veces oímos decir de los artistas: «Nació cien años tarde», pero Claudia Muzio nació demasiado pronto.

Fue una gran «actriz cantante» cuyas interpretaciones escénicas produjeron el tipo de respuestas histéricas citadas anteriormente. La mayoría de las críticas mencionan en primer lugar su trabajo escénico, sin dejar de elogiar su canto. Hoy se la recuerda por sus últimas grabaciones de 1934-35, cuando estaba enferma.

Muzio tenía un timbre vocal inconfundible y un dominio sin igual de la dinámica y el fraseo que, una vez escuchado, nunca se olvida. La llamaban «La Única» en Sudamérica, donde fue la estrella más brillante del Teatro Colón durante quince años.

Muzio debutó como la primera Tosca italiana en la Metropolitan Opera en 1916, a los 26 años, con Enrico Caruso y Antonio Scotti. A continuación cantó con todos los grandes artistas de su época en una carrera mundial de más de veinticinco años. Claudia Muzio cantó más de mil representaciones del repertorio operístico dramático más importante, incluyendo 131 Aidas, 146 Traviatas, 81 Trovatores y 129 Toscas.

Esta cifra no incluye los conciertos y, según todos los indicios, Claudia Muzio fue también una gran recitalista.