Foreign Disinformation in America and the U.S. Government's Ethical Obligations to Respond
Estados Unidos ya no tiene un mercado libre de ideas. En su lugar, el mercado está saturado de desinformación encubierta respaldada por el extranjero.
Y a pesar de la obligación ética de actuar, las sucesivas administraciones no han hecho nada. Además, el declive de la confianza ha dejado la puerta abierta a la entrada del populismo y el antiliberalismo. Algunos creen que está en juego el tejido mismo del liberalismo estadounidense.
Entonces, ¿cuáles son las responsabilidades éticas del poder ejecutivo para contrarrestar campañas encubiertas como la procedente de la desinformación respaldada por Rusia que circula por Estados Unidos? ¿Por qué no ha actuado el Gobierno? Hasta ahora, los desafíos prácticos son enormes si el poder ejecutivo aborda la amenaza a la patria. El proceso para limitar este problema está plagado de profundas implicaciones políticas.
Por su propia naturaleza, la desinformación basada en los medios sociales está inextricablemente ligada a las complejas divisiones sociales existentes, a la Primera Enmienda y a la política. Pero no hacer nada es una grave abdicación de las responsabilidades éticas del gobierno.
Esto plantea la cuestión de dónde está el límite para la intervención gubernamental. Esta obra ofrece respuestas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)