La cultura de la vigilancia: La vigilancia como forma de vida

Opiniones de los lectores

El libro «The Culture of Surveillance» (La cultura de la vigilancia), de David Lyon, profundiza en el concepto de vigilancia en la vida contemporánea, haciendo hincapié en cómo los individuos participan y se ven afectados por diversas formas de vigilancia. Aunque se reconoce su perspicaz análisis de la vigilancia cotidiana, su estilo académico lo hace menos accesible para el lector general. En general, ha suscitado reacciones encontradas en cuanto a su legibilidad e interés.

El libro presenta un tema importante y relevante para la sociedad moderna y ofrece ideas que invitan a la reflexión sobre la vigilancia cotidiana. Muchas reseñas elogian su profundidad, su análisis exhaustivo y su interesante temática. Algunos lectores consideran que es esclarecedor y que merece la pena leerlo, y destacan que arroja luz sobre la disposición de las personas a someterse a la vigilancia.

Varias reseñas critican el libro por su estilo académico y de libro de texto, que lo hace menos accesible al público en general. Algunos lectores lo consideraron aburrido y pesado, y afirmaron que la redacción podía ser excesivamente verbosa. Además, algunos opinan que presupone un alto nivel educativo para comprender la terminología empleada.

(basado en 7 opiniones de lectores)

Título original:

The Culture of Surveillance: Watching as a Way of Life

Contenido del libro:

Desde el 11-S hasta las filtraciones de Snowden, las historias sobre vigilancia dominan cada vez más los titulares. Pero los organismos de seguridad y policiales o las empresas de telefonía e Internet no son los únicos actores. La vigilancia no solo «nos la hacen», sino que es algo que hacemos en nuestra vida cotidiana. Nos sometemos a la vigilancia creyendo que «no tenemos nada que ocultar». O intentamos proteger nuestra intimidad o negociar las condiciones en las que otros tienen acceso a nuestros datos. Al mismo tiempo, participamos en la vigilancia para supervisar a los niños, controlar a otros usuarios de la vía pública y salvaguardar nuestra propiedad. Las redes sociales nos permiten vigilar a los demás, incluso a completos desconocidos, así como a nosotros mismos. Esta es la cultura de la vigilancia. Vigilar se ha convertido en una forma de vida.

Este nuevo e importante libro explora los imaginarios y las prácticas de la vigilancia cotidiana, en el trabajo, en el juego, en la escuela, en casa, tanto en el ámbito «público» como en el «privado». No se centra en las operaciones de vigilancia organizadas y de alta tecnología, sino en nuestras variadas, a menudo emocionales y mundanas experiencias de vigilancia, que van desde las casuales y descuidadas hasta las concentradas e intencionadas.

Según David Lyon, la cultura de la vigilancia no está separada del Estado, la sociedad y la economía de la vigilancia. Está informada por ellos. Revela cómo la cultura de la vigilancia puede ayudar a domesticar y naturalizar la vigilancia de tipos no deseados, sopesando qué tipos de vigilancia podrían fomentarse para el bien común y el florecimiento humano.