La Cruzada de Gibraltar: Castilla y la batalla del Estrecho

Opiniones de los lectores

Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 4 votos.

Título original:

The Gibraltar Crusade: Castile and the Battle for the Strait

Contenido del libro:

La épica batalla por el control del Estrecho de Gibraltar librada por Castilla, Marruecos y Granada a finales del siglo XIII y principios del XIV es un capítulo importante, aunque a menudo pasado por alto, de la historia de la reconquista cristiana de España. Tras la conquista castellana de Sevilla en 1248 y la sumisión del reino musulmán de Granada como estado vasallo, los moros dejaron de ser una amenaza y la reconquista parecía haber terminado.

Aun así, en el siglo siguiente, los reyes castellanos, movidos por la ideología y la estrategia, intentaron dominar el Estrecho. Como herederos autoproclamados de los visigodos, aspiraban no sólo a reconstituir el reino visigodo expulsando a los musulmanes de España, sino también a conquistar Marruecos como parte del legado visigodo. Como a lo largo de los siglos sucesivas bandas de musulmanes habían cruzado el Estrecho desde Marruecos hacia España, los reyes de Castilla reconocieron la importancia estratégica de asegurar Algeciras, Gibraltar y Tarifa, los puertos utilizados durante mucho tiempo por los invasores.

En una época en que el entusiasmo europeo por la cruzada a Tierra Santa estaba en decadencia, la lucha cristiana por el Estrecho recibió el carácter de cruzada, ya que las bulas papales conferían la indulgencia cruzada, así como beneficios accesorios. La Cruzada de Gibraltar tuvo resultados desiguales.

Aunque los castellanos se apoderaron de Gibraltar en 1309 y de Algeciras en 1344, los moros acabaron recuperándolas. Sólo Tarifa, capturada en 1292, permaneció en manos castellanas. Sin embargo, el poder de la dinastía meriní de Marruecos se quebró en la batalla del Salado en 1340, y durante el resto de la Edad Media España se vio libre de la amenaza de la invasión marroquí.

Aunque la reconquista permaneció latente durante finales del siglo XIV y principios del XV, Fernando e Isabel conquistaron Granada, el último puesto musulmán en España, en 1492. En los años siguientes, Castilla cumplió sus anteriores aspiraciones estableciéndose en Marruecos.