La crisis de Fiume: La vida tras el imperio de los Habsburgo

Título original:

The Fiume Crisis: Life in the Wake of the Habsburg Empire

Contenido del libro:

Dominique Kirchner Reill reconstruye el nacimiento del fascismo, el nacionalismo y la caída del imperio tras la Primera Guerra Mundial y relata cómo los habitantes de Fiume intentaron recrear el imperio bajo la apariencia de la nación.

La crisis de Fiume replantea lo que sabemos sobre el nacimiento del fascismo, el auge del nacionalismo y la caída del imperio tras la Primera Guerra Mundial al narrar la historia de los tres años en que la ciudad adriática de Fiume (hoy Rijeka, en Croacia) generó una crisis internacional.

En 1919, la multicultural antigua ciudad de los Habsburgo fue ocupada por las fuerzas paramilitares del extravagante poeta y soldado Gabriele D'Annunzio, que pretendía anexionar el territorio a Italia y se convirtió en fuente de inspiración para Mussolini. Muchos italianos locales apoyaron el esfuerzo, alimentando una historia estándar de fanatismo nacionalista. Sin embargo, Dominique Kirchner Reill demuestra que fueron las realidades prácticas, y no los ideales nacionalistas, las que llevaron las riendas. El apoyo a la anexión se debió en gran medida a las frustraciones cotidianas de la vida en un "estado fantasma" a la deriva por la caída del imperio. A pesar de la ideología y el carisma protofascista de D'Annunzio, lo que los habitantes de Fiume querían era prosperidad, que asociaban a la autonomía de la que habían disfrutado bajo la soberanía de los Habsburgo. En estos años crepusculares entre el mundo que fue y el mundo que sería, muchos en todo el antiguo imperio trataron de restaurar las formas familiares de gobierno que una vez les sirvieron de apoyo. En la medida en que recurrieron a los Estados-nación, no fue por celo de autodeterminación nacionalista, sino con la esperanza de que estos Estados les devolvieran los beneficios del imperio cosmopolita.

Frente a la narrativa demasiado suave del nacionalismo de posguerra, La crisis de Fiume demuestra la resistencia de la imaginación imperial y reserva un lugar esencial a la historia desde abajo.