La contrarrevolución de Putin

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Título original:

Putin's Counterrevolution

Contenido del libro:

Cómo la autocracia de Putin socava la economía rusa y las posibilidades de democracia.

Durante sus casi veinte años en el centro del poder político ruso, Vladimir Putin ha transformado el vasto país de muchas maneras, no todas para mejor. El casi caos de los primeros años postsoviéticos ha sido sustituido por un autoritarismo cada vez más rígido, que se parece más a una monarquía de mano dura que a la anterior dictadura comunista. Los primeros años de Putin en el poder fueron testigos de un rápido crecimiento económico, con una media anual de casi el 7%, y del auge de Moscú como vibrante ciudad de estilo europeo. Pero una desaceleración durante la segunda mitad del gobierno de Putin, desde 2009, ha provocado el estancamiento de la economía, especialmente en el interior, con pocos indicios de un posible cambio de tendencia.

¿A qué se deben estos cambios en Rusia? Serguéi Aleksashenko, ex alto cargo de las finanzas rusas y luego empresario privado, culpa directamente al propio Putin, incluso más que a factores externos como la fuerte caída de los precios del petróleo o las sanciones occidentales tras la anexión rusa de Crimea en 2014.

En su implacable afán por consolidar el poder en sus propias manos, escribe Aleksashenko, Putin ha destruido la idea misma de competencia por el poder político. Lo ha hecho socavando sistemáticamente las instituciones políticas básicas del Estado ruso postsoviético, incluidos centros de poder independientes como el Parlamento, el poder judicial y unos medios de comunicación libres. En el ámbito económico, Putin socavó eficazmente el todavía incipiente y muy frágil sistema ruso de protección de los derechos de propiedad, la base de toda actividad económica. Esto, a su vez, provocó un fuerte descenso de la inversión privada y contribuyó así a la desaceleración económica a largo plazo.

Uno de los resultados del gobierno de Putin fue la destrucción del incipiente sistema de contrapesos y salvaguardias en Rusia, lo que supondría un grave problema para este país cuando decida convertirse en un país democrático "normal" basado en los valores occidentales. Al describir cómo sucedió todo esto, el libro de Aleksashenko ofrece lecciones universales sobre la necesidad de controles y equilibrios en cualquier sistema político, así como sobre la importancia de unas instituciones políticas vibrantes para el crecimiento económico.