La condena: La creación y la destrucción del cerebro violento

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Título original:

Conviction: The Making and Unmaking of the Violent Brain

Contenido del libro:

Este libro, que expone los dilemas éticos de la investigación neurocientífica sobre la violencia, advierte contra un futuro distópico en el que el comportamiento se defina estrictamente en relación con nuestra constitución biológica.

Las explicaciones biológicas de la violencia existen desde hace siglos, al igual que las críticas a este tipo de ciencia determinista, perseguida por una larga historia de horribles abusos. Sin embargo, este programa ha perdurado gracias a su notorio legado, y no a pesar de él. Los científicos de hoy en día han superado con creces el debate entre naturaleza y crianza. En cambio, sostienen que el progreso científico ha conducido a una postura de naturaleza y crianza, biológica y social, que permite evitar los escollos del pasado. En Conviction, Oliver Rollins advierte contra este optimismo, argumentando que el modo en que se imaginan estas categorías oculta una peligrosa continuidad entre el pasado y el presente.

A finales de la década de 1980 se produjo una oleada de avances tecnocientíficos en las ciencias genéticas y del cerebro. Rollins se centra en una rama de la investigación a menudo ignorada, la neurociencia de la violencia, que, según él, se convirtió en un elemento clave del debate general sobre los orígenes biológicos del comportamiento criminal y violento. Utilizando potentes tecnologías, los neurocientíficos han racionalizado una idea del cerebro violento -o un cerebro que lleva las marcas de la predisposición a la "peligrosidad".

Basándose en un extenso análisis de la investigación neurobiológica, entrevistas con neurocientíficos y observación participante, Rollins descubre que esta construcción del cerebro está mal equipada para hacer frente a las complejidades y contradicciones del mundo social, y mucho menos a las implicaciones éticas de informar el tratamiento basándose en definiciones tan simplificadas. Rollins advierte de los efectos potencialmente devastadores de una ciencia que promete "predecir" a los delincuentes antes de que cometan el delito, en un mundo que ya entiende la violencia en gran medida a través de una política de desigualdad.