La colonización de la frontera: Urban Development in America's Borderlands, 1600-1830 (La colonización de la frontera: desarrollo urbano en las tierras fronterizas de América, 1600-1830)

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Título original:

Settling the Frontier: Urban Development in America's Borderlands, 1600-1830

Contenido del libro:

El papel de los indígenas en la fundación de las primeras grandes ciudades fronterizas de Estados Unidos.

En 1811, mientras escoltaban a los miembros de la Pacific Fur Company de John Jacob Astor por el río Columbia, su guía chinookan se negó a avanzar más allá de un punto concreto que marcaba una frontera entre su pueblo y otro grupo indígena. Mucho antes del contacto europeo, los nativos americanos crearon y mantuvieron fronteras reconocidas, que iban desde las propiedades familiares de caza y pesca a territorios tribales más extensos, pasando por vastas regiones de valles fluviales. Dentro de los confines de estas respectivas fronteras, la población nativa establecía a menudo asentamientos permanentes que actuaban como sedes de las principales actividades políticas, económicas y sociales que tenían lugar en prácticamente toda la Norteamérica precolonial. La ubicación de estos asentamientos nativos desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de las primeras ciudades fronterizas europeas y, más tarde, americanas.

En Settling the Frontier: Urban Development in America's Borderlands, 1600-1830, el historiador Joseph P. Alessi examina cómo las comunidades tribales de Pecos, Mohawk, Ohioan y Chinook ayudaron a europeos y estadounidenses en la fundación de cinco de las primeras ciudades fronterizas de Norteamérica: Santa Fe (Nuevo México), Fort Amsterdam (Nueva York), Fort Orange (Albany, Nueva York), Fort Pitt (Pittsburgh, Pensilvania) y Fort Astoria (Portland, Oregón). Llenando un vacío en los estudios sobre el papel de las comunidades nativas americanas en la colonización de Norteamérica, Alessi revela que, aunque a menudo se resistieron al progreso europeo y americano o abusaron de él, los indios desempeñaron un papel integral a la hora de motivar y ayudar a los europeos en el establecimiento de ciudades fronterizas. Además de la ubicación de estas ciudades, la población nativa era a menudo crucial para la supervivencia de los colonos en entornos desconocidos e implacables. Como resultado, estas nuevas ciudades se convirtieron en las vanguardias logísticas y económicas para un mayor desarrollo y explotación de Norteamérica.