La Colmena

Contenido del libro:

Hay razones para creer que Camilo José Cela sabía perfectamente lo que hacía al escribir, entre 1945 y 1950, La colmena, una novela que contrarrestaría la imagen positiva que el régimen franquista se esforzaba por construir. En su prólogo a la primera edición, Cela justifica y describe su texto como un pálido reflejo...

una humilde sombra de la realidad cotidiana, dura, profunda y dolorosa. Su retrato de un Madrid triste y desesperado llamó inmediatamente la atención de la censura: la novela estuvo prohibida en España hasta 1955, cuatro años después de que saliera a la venta su primera edición en Argentina. La idea de retratar la realidad cotidiana madrileña constituye la esencia misma de La colmena y, paradójicamente, confiere al texto su alcance universal.

En primer lugar, La colmena es una novela sin protagonista ni argumento en un sentido tradicional: un sinfín de personajes (más de trescientos entre reales y ficticios) y subtramas, recorren las calles de esta intrincada obra.

Su unidad, sin embargo, reside en el personaje más mencionado, Martín Marco, cuyo deambular por los distintos barrios y espacios madrileños dota a la novela de cierta coherencia estructural. Al mismo tiempo, la novela establece la característica de colmena desde su título, de modo que la laboriosa existencia de los personajes permite al lector explorar los diversos rincones de la ciudad y las personas que se esfuerzan por sobrevivir en ellos.

Pero la imagen de la colmena es también una paradoja. Sin duda hay jaleo y movimiento constante, pero los abarrotados personajes son retratados como abejas obreras en paro, por tanto sin propósito ni esperanza. En este sentido, el Madrid de Cela es un espacio en el que la miseria, la pobreza y la decadencia están profundamente arraigadas.

Los habitantes de esta ciudad no saben a dónde van, ni cuál es su propósito o destino. Y será de aquí de donde surja el tema más relevante de La colmena: la soledad y el aislamiento. No existe una verdadera comunicación entre los personajes, ya que todos viven inmersos en su propio vacío existencial y aislado.

La colmena se convirtió inmediatamente en un modelo de inspiración para una nueva generación de jóvenes escritores, que empezaron a publicar en los años 50 centrando sus intereses en la exploración de las condiciones sociales y políticas de la España actual. Aunque Cela abandonó la descripción detallada de la realidad en su siguiente obra (La señora Caldwell habla con su hijo, 1953) La colmena se erigió en referente de la novela realista social durante una década.

Para muchos escritores, sobre todo aquellos que preveían utilizar sus obras narrativas como herramientas sociales y políticas para criticar el régimen franquista, la novela de Cela se convirtió en el punto de partida indiscutible, tanto para revelar como para transformar el malestar de España.