La ciencia pionera y las grandes plagas: Cómo los microbios, la guerra y la salud pública dieron forma a la sanidad animal

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Título original:

Pioneer Science and the Great Plagues: How Microbes, War, and Public Health Shaped Animal Health

Contenido del libro:

La ciencia pionera y las grandes plagas abarca el siglo en que se vencieron las plagas infecciosas -antrax, tuberculosis, tétanos, peste, viruela y poliomielitis- y detalla el importante papel que desempeñaron los científicos veterinarios. La narración está impulsada por acontecimientos asombrosos centrados en las enfermedades animales: la pandemia de gripe de 1872, el descubrimiento de las causas del ántrax y la tuberculosis en la década de 1880, la conquista de la fiebre bovina de Texas y luego la fiebre amarilla, los ataques alemanes con ántrax contra Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, la guerra de la tuberculina de 1931, la guerra biológica japonesa en la década de 1940 y los peligros actuales del bioterrorismo.

La ciencia veterinaria en el Medio Oeste rural surgió de la agricultura, pero en la Filadelfia urbana provino de la medicina.

En Canadá se dieron diferencias similares entre Toronto y Montreal. Cuando se crearon las land-grant colleges tras la Guerra Civil estadounidense, los distintos estados siguieron caminos divergentes en el apoyo a la ciencia veterinaria. Algunos empleaban un plan de estudios de escuela de oficios que enseñaba a los agrónomos a tratar empíricamente las enfermedades de los animales y otros hacían hincapié en un plan de estudios vinculado a la ciencia. Esta pauta se mantuvo durante un siglo, pero en la actualidad algunas instituciones han vuelto a la filosofía de las escuelas de oficios. Evitando las lecciones del Informe Flexner de 1910 sobre la reforma de la educación médica, se están aprobando facultades de veterinaria asociadas a universidades que no tienen el control de sus propios hospitales veterinarios, laboratorios de diagnóstico e institutos de investigación, componentes que son fundamentales para la formación científica de los estudiantes. Detrás de este cambio había dos idiosincrasias culturales -la incredulidad en la ciencia y la desconfianza en el gobierno- que engendraron la cienciología, el creacionismo, los movimientos antivacunación y otras estafas contra la ciencia.

Mientras siguen surgiendo nuevas plagas infecciosas, Pioneer Science and the Great Plagues detalla las estrategias que aprendimos para derrotar las plagas de 1860 a 1960, y el papel esencial que desempeñó la ciencia veterinaria. Para derrotar a las plagas de hoy en día es esencial que evitemos el capullo digital de incredulidad en la ciencia y el estancamiento cultural que ahora amenazan el progreso.