La casa de Hatemonger Hill

Título original:

The House on Hatemonger Hill

Contenido del libro:

Washington, D. C., 1964. La sencilla y tímida Sue Millard se convierte en una femme fatale al verse arrastrada a un peligroso complot para robar al neonazi estadounidense George Lincoln Rockwell. "Todo es por una buena causa", piensa mientras lucha contra su conciencia y su miedo. Robar es un delito, pero Rockwell es un hombre furioso con planes malvados. Sue y su banda de ladrones donan el botín robado a organizaciones de derechos civiles para ayudar a aprobar la Ley de Derechos Civiles de 1964. ¿Justifica eso el robo? La trama está perfectamente planeada: nada puede salir mal, pero entonces Rockwell descubre quién le ha robado. Sue se ve atrapada en medio de una creciente campaña de terror mientras lucha por su vida y por lo que es justo.

La autora dirigió en su día una pensión en Kilbourne Place, en el centro de Washington D.C., y aprovechó la experiencia para escribir este libro. Aunque se utilizaron rasgos de la personalidad de los huéspedes reales para desarrollar los personajes de este libro, se trata de una obra de ficción. Ninguno de los personajes ficticios se parece a ninguno de los de la pensión real.

Las descripciones de George Lincoln Rockwell y de la casa se tomaron del libro American Fuehrer-George Lincoln Rockwell and the American Nazi Partyde Frederick J. Simonelli.Las descripciones de los hombres y del vecindario de Rockwell son totalmente ficticias.

The Bill of the Century: The Epic Battle for the Civil Rights Act" (El proyecto de ley del siglo: la épica batalla por la ley de derechos civiles), de Clay Risen.

El autor fue un activo esperantista en la zona de Washington. Su pensión se convirtió en un "Domo del Esperanto", acogiendo a esperantistas de todo el mundo que visitaban Washington.

La aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 supuso un gran cambio en la vida de los afroamericanos y de todas las mujeres de Estados Unidos. Hubo que librar más batallas legales, pero el Título VII no sólo prohibió la discriminación contra los afroamericanos, sino que también abrió la puerta para que las mujeres accedieran a puestos de trabajo, tarjetas de crédito y préstamos a su nombre, se unieran a asociaciones profesionales, como el Club Nacional de Prensa, que hasta entonces eran "sólo para hombres", entraran en restaurantes y se registraran en hoteles sin que se les levantaran las cejas ni se les acosara, fueran admitidas en las academias militares en pie de igualdad con los hombres, y muchos otros derechos que se les habían negado a las mujeres.