La carga de la perfección: Ética y lectura en la literatura británica del siglo XIX

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Título original:

The Burdens of Perfection: On Ethics and Reading in Nineteenth-Century British Literature

Contenido del libro:

"En algunos estados de ánimo, o para algunas personas, el deseo de mejorar puede parecer tan natural como banal. En nuestra cultura, el impulso es tan fuerte que puede influir en nuestros pensamientos y dar forma a nuestras acciones sin que nos demos cuenta. Pero en otros estados de ánimo, o para otras personas, este deseo extenuante se hace demasiado notorio, y sus exigencias aplastantes. Puede entonces llevarnos a prestar una atención insomne a nosotros mismos, a una evaluación desolada de lo que hemos sido y de lo que somos" -de The Burdens of Perfection.

En las últimas décadas, la crítica literaria ha huido de los debates sobre psicología moral, y por buenas razones. ¿Quién no querría huir del moralismo hiriente con el que se asocia tan fácilmente? Pero al protegernos de tales destinos, nuestra huida ha tenido sus costes, ya que hemos perdido los conceptos necesarios para reconocer y evaluar gran parte de lo que distinguió a la literatura británica del siglo XIX. Esa literatura era ineludiblemente de orientación ética, y proceder como si no lo fuera ignora una gran parte de lo que estos textos tienen que ofrecer, y en esa medida hace menos razonable el deseo de estudiarlos, en lugar de otros documentos de la época, o de otras épocas.

Tales son las intuiciones que impulsan Las cargas de la perfección, un estudio sobre el perfeccionismo moral en la cultura británica del siglo XIX. A través de los ensayistas de la época (Mill, Arnold, Carlyle), los poetas (Browning y Tennyson) y, sobre todo, los novelistas (Austen, Dickens, Eliot y James), Andrew H. Miller ofrece una amplia respuesta a la contribución de Stanley Cavell a la ética y la filosofía de la mente. En el proceso, Miller ofrece una nueva forma de percibir a los victorianos y las huellas persistentes que sus búsquedas de mejora han dejado en los lectores.