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El libro «The Falling Rate of Learning and the Neoliberal Endgame», de David J. Blacker, ofrece un análisis crítico del panorama educativo actual, vinculándolo a las crisis económicas del capitalismo neoliberal. Blacker utiliza la teoría de Marx sobre la caída de la tasa de ganancia para analizar el declive de la educación pública y las presiones que ejerce sobre ella la dinámica capitalista. El texto es a la vez esclarecedor y estimulante, y fomenta una profunda reflexión sobre el papel de la educación en un entorno económico cambiante.
Ventajas:El libro está bien documentado y articulado, y ofrece un análisis exhaustivo de la relación entre capitalismo y educación. Blacker conecta con eficacia complejas tradiciones intelectuales y ofrece soluciones para los retos del futuro. Muchos críticos aprecian el atractivo estilo de la obra y la profundidad de sus ideas, que califican de reveladoras e inspiradoras. Los argumentos del autor están bien construidos y se basan en numerosas pruebas.
Desventajas:El libro puede ser bastante denso y difícil de leer, y requiere mucha reflexión y esfuerzo por parte del lector. Algunos críticos opinan que algunos capítulos, como el dedicado a la voz de los estudiantes, parecen inconexos. Los críticos mencionaron que el lenguaje marxiano puede resultar desalentador para los recién llegados. Además, las sombrías perspectivas del libro sobre el futuro de la educación pública y la sociedad pueden resultar abrumadoras para algunos lectores.
(basado en 8 opiniones de lectores)
The Falling Rate of Learning and the Neoliberal Endgame
La actual mutación neoliberal del capitalismo ha evolucionado más allá de los días en que la explotación al por mayor de la mano de obra sustentaba la expansión del sistema mundial. Mientras los beneficios empresariales "normales" caen en picado y aumenta el robo por las finanzas, el capitalismo pasa ahora a un modo de eliminación que se dirige a la mayoría de nosotros -junto con nuestro medio ambiente- como productos de desecho a la espera de una eliminación gestionada.
El sistema educativo está atrapado en la agonía de este eliminacionismo a través de una serie de frentes: la aplastante deuda estudiantil, la impaciencia con la expresión de los estudiantes, el saqueo de las instituciones públicas vestigiales y, finalmente, como golpe de gracia, el abandono del ideal histórico de la educación universal. La "reforma educativa" es impotente frente al eliminacionismo y es, en el mejor de los casos, un espejismo que desvía las energías de la oposición. La idea misma del activismo educativo se convierte en una ficción reconfortante.
Las instituciones educativas están atadas al proyecto eliminacionista -el juego final neoliberal- de una manera que no admite escapatoria, incluso a pesar de los gestos heroicos de unos pocos. Los sistemas escolares que el capitalismo ha construido y dirigido durante los dos últimos siglos están destinados a hundirse con el barco.
Por lo tanto, es racional que los educadores cultiven un cierto pesimismo. ¿Debemos desesperar? Claro que sí, pero con alegría, ya que enfrentarse a la eliminación, a la mortalidad, es después de todo nuestro destino común.
No hay nada y todo que hacer para prepararse.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)