La buena inclinación

Título original:

The Good Inclination

Contenido del libro:

En la tradición judía, se dice que las personas tienen inclinaciones buenas y malas contrapuestas. En cuanto a las primeras, se traducen en el matrimonio, el nacimiento de los hijos, la construcción de una casa o la dedicación al trabajo.

En cuanto a las segundas, se manifiestan en rasgos como la avaricia, la ira y la venganza. Esta doble inclinación se representa gráficamente con un ángel en un hombro y un demonio en el otro. Los humanos tienen que elegir entre los dos para que les sirvan de mentor.

Si es el primero, será bendecido.

Si es el segundo, con trágicas consecuencias. C.

S. Lewis observa que Dios está más dispuesto a emplear zanahorias (incentivos) que garrotes (exigencias). Si bien esto puede implicar un precedente, ciertamente sugiere que no debemos enfatizar una inclinación excluyendo la otra.

Porque somos dados a caer presa de un error en el intento de escapar de su opuesto. Queda por profundizar en el tema, y los ejemplos proliferan. Al principio, a propósito de la tradición del Alto Dios que persiste desde la antigüedad.

Más adelante, a propósito de los ciudadanos cristianos, como expresión de la ética social cristiana. Todavía más tarde, con el cultivo del civismo, como apelación a un comportamiento humano.

Y así sucesivamente. Quizá lo más llamativo sea el ejemplo dado por Jesús, en relación con su prístina humanidad. Recordando que, en términos creenciales, era a la vez divino y humano.

En cuanto a la confirmación, "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Heb.

4:15).