La batalla de las virtudes y los vicios: La defensa del castillo interior del alma

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Título original:

The Battle of the Virtues and Vices: Defending the Interior Castle of the Soul

Contenido del libro:

¿Cuál es la mayor batalla espiritual?

Las mayores batallas no tienen lugar en una tierra lejana, ni siquiera en tiempos pasados, sino en lo más profundo del alma humana. Es la batalla entre la virtud y el vicio, el conflicto entre aspirar a ser santo o vivir una vida mediocre. El conflicto entre alcanzar el cielo o renunciar a él.

En esta obra maestra espiritual, el Papa San León IX, identifica a nuestros enemigos: "Los enemigos en esta batalla -los vicios y las tentaciones que infectan nuestra naturaleza caída- son invisibles e internos".

Estos vicios invisibles e internos han arrastrado a muchas almas al infierno, y no se detendrán hasta que cada persona se haya rendido a sus ataques perniciosos y viles. ¿Estás triste y desanimado por estos asaltos diarios? Hay esperanza. En estas páginas encontrarás más de veinticinco virtudes que te ayudarán a obtener la victoria espiritual contra el pecado. Con la gracia de Dios y virtudes como la humildad, el desprendimiento, la moderación prudente, la estabilidad firme y otras, se puede ganar la batalla.

Pero ten en cuenta que la victoria espiritual no se consigue de la noche a la mañana. La batalla continúa hasta el último aliento. La pregunta sigue siendo: ¿Estás dispuesto a luchar?

Así como este libro es un diálogo entre las virtudes y los vicios, también nosotros debemos aprender a escuchar la voz de la verdad y no la voz de la mentira. El Señor, General de nuestras almas, nos susurra palabras de aliento y de paz, mientras que el diablo, capitán de los vicios y enemigo de nuestras almas, nos tienta a pecar y luego nos acusa.

En nuestra peregrinación terrena, llena de sufrimientos, penas y pruebas, mantengamos la mirada fija en nuestra patria celestial, la ciudad eterna, donde habrá paz perpetua. En el cielo, Nuestro Señor acogerá a sus gloriosos mártires y a sus valientes soldados, a los que han conservado la fe y han combatido victoriosamente.

No hay nada más importante en esta vida que fortificar con la virtud el castillo interior del alma.