La balada del medievalista solitario

Título original:

The Ballad of the Lone Medievalist

Contenido del libro:

Los medievalistas en activo suelen ser los únicos estudiosos de la Edad Media en un departamento, una universidad o un radio de 160 kilómetros. A la vez que se esfuerza por crear un corpus de trabajo académico centrado, se espera que el medievalista solitario sea un generalista en el aula y un miembro activo de una comunidad universitaria que rara vez ofrece a cambio una comunidad disciplinaria. En consecuencia, a los medievalistas solitarios y con exceso de tareas les resulta difícil defender su trabajo y su campo.

A medida que se agolpan otras responsabilidades y expectativas, llegamos a sentirnos desconectados de los proyectos y temas que sustentan nuestra pasión intelectual. Se produce un insidioso aislamiento, incluso entre nosotros, y pronto incluso asistir a una conferencia de colegas medievalistas puede convertirse en una experiencia solitaria. Rodeados de académicos con mayor apoyo institucional, menor carga docente o agendas de investigación más sólidas, podemos sentirnos ajenos a nuestro trabajo, el trabajo al que hemos dedicado nuestras carreras.

El Medievalista Solitario (la comunidad de colaboración y el libro) pretende ser un antídoto contra el problema del aislamiento profesional. Se ofrece con el espíritu de bien común que caracteriza los ideales (si no siempre las realidades) de muchas de las comunidades que estudiamos: agrícolas, profesionales, nacionales, nocionales y, por supuesto, monásticas. La balada del medievalista solitario no trata sólo de la erudición, la enseñanza, la vida institucional o la búsqueda de nuevos conocimientos, sino de todo ello.

Los ensayos de este volumen abordan todos los aspectos de la vida profesional e intelectual de los medievalistas. Aunque muchos de nosotros reconocemos y afrontamos los retos de ser medievalistas solitarios, estos ensayos no pretenden ser voces clamantium; se ofrecen para proporcionar estrategias, camaradería y un poco de inspiración ocasional. Son una llamada a la acción, una forma de compartir la sabiduría adquirida con esfuerzo, una mano amiga y, sobre todo, un recordatorio de que no estamos solos.