La autoconservación en el centro de la personalidad: Superego y ego ideal en la regulación de la seguridad

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Título original:

Self-Preservation at the Center of Personality: Superego and Ego Ideal in the Regulation of Safety

Contenido del libro:

El libro aborda la personalidad como un conjunto unificado de estructuras evolucionadas y desarrolladas culturalmente que sirve a un propósito único y definible, mantener la seguridad del individuo, en el contexto de las relaciones diádicas, los procesos grupales y las configuraciones sociales más abstractas y fluidas. La relación madre-bebé sigue siendo el modelo a seguir para relacionarse con el entorno social, sea cual sea su nivel de complejidad, y para aproximarse a la sensación de seguridad proporcionada originalmente por la madre.

La personalidad se organiza en torno a la necesidad de mantener la autoestima, preservando así la sensación de seguridad del individuo y evitando la ansiedad paranoide profundamente arraigada, que señala el potencial de aniquilación del yo. La ansiedad paranoide es la contrapartida de la agresión intraespecífica y del potencial del grupo en su conjunto para atacar y aniquilar al individuo. La ansiedad paranoide, que según Melanie Klein desempeña un papel fundamental en el desarrollo infantil, no se supera a medida que avanza el desarrollo, sino que permanece latente, enterrada bajo capas de organización de la personalidad que se ocupan esencialmente de obtener reconocimiento y aprobación del entorno social, inhibiendo así la agresión de los demás y protegiéndose de la aniquilación del yo.

El libro se suma a la psicología del yo (Kohut) al mostrar cómo el principio de autoconservación sustenta todos los aspectos de la dinámica normal y anormal del carácter. Integra la psicología del yo con otras ramas de la teoría psicoanalítica y reaviva el vínculo entre el psicoanálisis y la etología.

La etología (Lorenz, Hass, Eibl-Eibesfeldt) ha aportado conocimientos sobre cómo la agresión intraespecífica interrelacionada y los gestos de apaciguamiento son de importancia crítica para la evolución del comportamiento social en los animales superiores, así como para la evolución cultural en los seres humanos, conocimientos que permiten, en términos más generales, tender un puente entre el psicoanálisis y la biología del comportamiento social. Además, un enfoque evolutivo de la dinámica del carácter y los fenómenos sociales relacionados tendrá importantes implicaciones para la comprensión de las vulnerabilidades psicopatológicas y los procesos de autoperpetuación en las enfermedades mentales.