La aldea global y la economía

Título original:

Global Village and the Economy

Contenido del libro:

No, el tiempo no ha cesado y el espacio no ha desaparecido, pero la vida parece avanzar rápidamente en esa dirección. Las telecomunicaciones, los satélites, los ordenadores y la fibra óptica juntos están reduciendo a la mitad el coste de procesar, almacenar y transmitir información cada dieciocho meses.

La aldea global tiene incluso su propia plaza de mercado en la forma de Internet, un foro para el comercio, la información, el entretenimiento y la interacción personal que permite un acceso a la información casi instantáneo y a un coste extraordinariamente bajo. Se calcula que 250 millones de personas en todo el mundo utilizan ya Internet, y la cifra aumenta cada día. La Aldea Global no es sólo Internet y las telecomunicaciones, sino también los temas más tradicionales de los economistas: el comercio de bienes y el comercio de activos.

El argumento teórico a favor del libre comercio es que permite a los países concentrarse en actividades en las que disfrutan de ventajas comparativas y somete a las empresas a la sana disciplina de la competencia extranjera.

Esto se traduce en una mayor productividad y un aumento del nivel de vida, mientras que los consumidores disfrutan de acceso a una mayor variedad de bienes y servicios a menor coste. Esto es cierto no sólo en teoría, sino también en la práctica.

Nuestra prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial se basa en gran parte en la rápida expansión del comercio internacional de bienes y servicios, que año tras año ha crecido más rápidamente que la producción. El argumento teórico a favor de la libre circulación de capitales es esencialmente el mismo que el del libre comercio de mercancías: El dinero puede canalizarse hacia sus usos más rentables en todo el mundo, financiando oportunidades de inversión productiva incluso cuando el ahorro nacional es escaso. Sin embargo, las recientes crisis han convertido esta propuesta en más controvertida.

Los académicos sostienen que las publicaciones académicas promueven mitos como "La globalización conduce a una cultura mundial sana", "La globalización trae prosperidad a la persona y al planeta" o "Los mercados globales se extienden de forma natural". Sostienen que los ideales de la globalización representan principalmente perspectivas occidentalizadas. Afirman además que los educadores en gestión han reflexionado poco sobre el hecho de que no todo el mundo quiere ser miembro de una aldea global.

Estos expertos sostienen que es importante que los académicos y los ciudadanos equilibren el entusiasmo desenfrenado por el capitalismo con la evidencia de sus resultados. Piden un diálogo abierto e igualitario entre quienes promueven la globalización y quienes creen que tiene consecuencias negativas.