... Nil tenía un hogar propio en el que se sentía muy cómodo.
Consistía en un gran taburete de cocina volcado. Se asentaba entre cuatro patas que se elevaban en el aire como bastiones dominando los puntos cardinales. Desde esta fortaleza, Nil podía ver lo que ocurría a su alrededor.
Los cuatro bastiones estaban rodeados por una cuerda para que nadie pudiera entrar en la torre. Nil solía sentarse en uno de los salientes y solía hablar.
Le gustaba el silencio y le disgustaban los juegos ruidosos. Cantaba a menudo, y su hermosa voz siempre daba placer a quienes le oían...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)