¿La corrupción no existe en el Imperio Alemán? Anna Rothfuss cuestiona esta declaración común de los contemporáneos y demuestra con éxito que, a pesar de tales autoafirmaciones, la sociedad alemana entre 1871 y 1914 hablaba no sólo con frecuencia sino continuamente de corrupción.
No en vano, nombres poderosos como Bismarck y Krupp fueron temas de debates y escándalos sobre corrupción. Como componente esencial de la comunicación política, todos los protagonistas políticos instrumentalizaron la comunicación sobre la corrupción, lo que les permitió ampliar en parte su ámbito de actuación más allá de las restricciones constitucionales.
Además, la investigación de Rothfuss demuestra que, paralelamente, el juicio normativo de las acciones corruptas se unificó con el tiempo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)