Karen Kilimnik Fotografías

Título original:

Karen Kilimnik: Photographs

Contenido del libro:

Karen Kilimnik hace fotos con el mismo gesto con el que pinta: un sentido infalible de la belleza de la superficie brillante, bajo la cual se esconden las sombras de cosas monstruosas que no se ven ni se dicen. Hace fotos con una mirada sagaz e informada.

Adora lo kitsch, pero sabe lo falso que es y hasta qué punto esta falsedad lo hace irresistible. Es un alma vieja y sabia, pero está absolutamente decidida a preservar la inocencia y la vulnerabilidad de una mente joven e inquieta. Kilimnik fotografía lo que ama incondicionalmente, y este amor es ecléctico y profundamente romántico.

Fotografía idilios hasta la saciedad: las ondulantes colinas de los Cotswolds, en el centro-sur de Inglaterra, tan frondosas que casi parecen irreales; una bicicleta de señoras, calles bordeadas de setos, ovejas a la sombra de un árbol, vacas en la bruma matinal, una ardilla que parece mordisquear una flor, patos sentados a orillas de un arroyo. Kilimnik contempla la realidad profana a través de los ojos despiadadamente abiertos del objetivo de su cámara, transformándola en sus fotografías en un escenario para sus fabulosas figuraciones y arreglos de cuento de hadas onírico/pesadillesco.

Cuando la realidad no es suficiente, la embellece, adornando los árboles del jardín, por ejemplo, con adornos navideños de cristal o con luces de hadas. En la obra fotográfica de Kilimnik hay varios motivos que conocemos de su pintura.

Y ambos se unen en su obsesión por fotografiar una y otra vez detalles de sus propios cuadros, como los magníficos muros de palacio que ha pintado, como si nos suplicara que aceptáramos que sus ficciones pintadas no son menos reales que la supuesta realidad.