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El libro «Kalamazoo Gals», de John Thomas, ahonda en la importancia histórica y las contribuciones de las mujeres que trabajaron en la fábrica de guitarras Gibson durante la Segunda Guerra Mundial. Desvela un aspecto menos conocido de la industria guitarrera y ofrece un rico relato sobre las mujeres que desempeñaron un papel crucial en la producción de instrumentos emblemáticos mientras los hombres estaban en la guerra. La autora combina testimonios personales e investigación para ofrecer un relato atractivo de este periodo de la historia estadounidense.
Ventajas:⬤ Un relato intrigante y bien documentado sobre la contribución de las mujeres a una industria dominada por los hombres durante la Segunda Guerra Mundial.
⬤ Atractivas historias personales de las mujeres que trabajaron en Gibson.
⬤ Información detallada sobre las guitarras Gibson clásicas y sus características únicas.
⬤ Una narración cautivadora que atrae tanto a los entusiastas de la guitarra como a los aficionados a la historia.
⬤ Toca temas de empoderamiento y espíritu humano.
⬤ Los lectores aprecian la profundidad emocional y la autenticidad de las experiencias de las mujeres.
⬤ El libro es criticado por empezar despacio e incluir información no relacionada en los primeros capítulos.
⬤ Algunos lectores cuestionan la validez de las afirmaciones de la autora sobre las mujeres que construyen las guitarras.
⬤ Algunas reseñas señalan que el autor se desvía hacia detalles históricos menos relevantes y anécdotas personales que desvían la atención de la narración principal.
⬤ Se critica la falta de reconocimiento del papel de los hombres en el proceso de producción de las guitarras.
(basado en 83 opiniones de lectores)
Kalamazoo Gals - A Story of Extraordinary Women & Gibson's Banner Guitars of WWII
Es una imagen inquietante. Al menos lo fue para el autor John Thomas. Unas setenta mujeres sentadas en cuatro filas frente a la fábrica de guitarras Gibson a mediados de los años cuarenta. La sabiduría popular y la tradición de la empresa decían que Gibson había cesado la producción de guitarras durante la Segunda Guerra Mundial, y que sólo los artesanos veteranos, demasiado viejos para la guerra, hacían reparaciones y terminaban los pocos instrumentos que ya estaban en marcha. ¿Qué hacían allí esas mujeres?
La imagen obsesionó tanto a Thomas que finalmente se propuso encontrar al menos a una de las mujeres de la fotografía. Encontró una docena. Por el camino descubriría que, a pesar de los desmentidos que perduraron hasta la década de 1990, Gibson empleaba a una mano de obra casi exclusivamente femenina para construir miles de guitarras de guerra, cada una de ellas marcada con una pequeña pancarta dorada que contenía el eslogan Only a Gibson is Good Enough (Sólo una Gibson es suficientemente buena). La pancarta apareció en las guitarras en el momento en que esas mujeres entraron en la fábrica, en enero de 1942, y desapareció cuando terminó la guerra, a finales de 1945.
En su viaje personal, Thomas sigue la pista de Orville Gibson desde su nacimiento en el norte del estado de Nueva York hasta la fundación de su empresa homónima en Michigan, y finalmente hasta su prematura muerte en un hospital psiquiátrico. Nos lleva a conocer a estas mujeres en Kalamazoo y a viajar en el tiempo con ellas a través de la Gran Depresión y hasta la Segunda Guerra Mundial. Recorre los pasillos de la fábrica abandonada de Gibson en busca del fantasma de su fundador, Orville Gibson, entra en una clínica de diagnóstico por imagen en busca de pruebas radiográficas de la sublime calidad de la artesanía de las Gals y sigue la pista de las Banner Gibson desde Kalamazoo hasta las manos de sus primeros propietarios. Por el camino, nos lleva directamente al corazón de las Kalamazoo Gals.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)